Los países del sur de Europa tienen menos nacimientos que los del norte y para que los números de la población se mantengan tienen que tener más hijos o admitir más migrantes. Sólo el primer hecho está en la agenda de los partidos más tradicionales e intentan persuadir a las mujeres nativas para que tengan familias numerosas. Este es el caso del partido de Georgia Meloni en Italia, que se opone a la llegada de migrantes y entre sus propósitos destaca el incremento de las ayudas para el primer hijo y para el tercero. Ignoro los motivos por el que los segundones no tienen acceso a estos fondos. También se extienden los meses subvencionados tras el parto, la reducción del precio de los productos para bebés y que la edad de jubilación se reduzca para las mujeres con más hijos

            La realidad es que en la mayoría de los países algunas mujeres quieren trabajar y gozar de la vida antes que tener niños, pero este hecho ignora dos factores: que los países tradicionalmente más feministas del norte de Europa tienen mayores índices de fertilidad y que en general las mujeres no se oponen a ser madres, pero tienen menos de los que desearían por razones económicas. Se observaba que a medida que los países incrementaban su bienestar económico las maternidades bajaban. Pero este hecho ha dejado de ser real en muchas naciones ya que cuando las mujeres obtienen puestos de trabajo mejor remunerados votan por partidos que les den facilidades para ser madres y continuar trabajando. Hay una realidad ineludible si a las mujeres, en sus primeros años de vida laboral, no se las ayuda a tener hijos y a cuidarlos, no los tendrán

            La isla de Malta, donde los habitantes se conocen por la broma de ser más papistas que el papa, es el país europeo con menos fertilidad 1,13 y las mujeres dejan el trabajo un 30% más que los varones cuando son madres para ocuparse de sus familias. Esto produce una tensión entre dinero, carrera laboral y familia que termina con la realidad de que las mujeres son madres mucho más tarde, incluso al final de la treintena o principios de la cuarentena

            Una empresaria madrileña comenta, sin decir su nombre, que desde que nació su segundo hijo juega a la lotería todos los años y como no le toca ha tomado la decisión de no buscar el tercero. En España la distancia que hay entre el número de hijos que nacen 1,19 por mujer y los deseados, alrededor de dos, es la mayor de Europa. Una profesora universitaria de Princeton, Alicia Adsera, analiza los motivos. Los meses que se otorgan sin trabajar después del parto en comparación con el resto Europa son pequeños, pero lo compensa el que a los padres se les concede el mismo periodo. El rol de los abuelos también juega un papel importante y el de las mujeres migrantes que se colocan como cuidadoras de niños en las familias con mayores recursos económicos

            Todos estos datos se enfrentan a un problema mayor, la falta de trabajo para los jóvenes, el 35%, ya que el paro en España es el mayor del primer mundo y un estudio entre el 2008 y el 2016 demuestra que los jóvenes pasan ocho años de un empleo temporal a otro hasta que consiguen un trabajo fijo. Este hecho frena el matrimonio y los hijos, ya que la mitad de los jóvenes entre 25 y 34 años todavía viven con sus padres y cuando se casan ya han experimentado la libertad de jóvenes adultos con dinero y sin hijos. Un quinto de las mujeres decide no tener ninguno y la edad de las que tienen el primero se sitúa en los 31 años, el más alto de Europa junto a Italia y Malta y ya no quieren tener el segundo. Estamos en un país que pronto ignorará el hecho de tener hermanos o hermanas

            ¿Qué hacer cuando las ayudas resultan insuficientes? La solución está en combinar el trabajo con la familia de manera que resulte más fácil tener hijos. Trabajo, ayuda y libertad son los conceptos que, si se dan, supondrá que más mujeres opten por la maternidad. El título de este post hablaba de aborto y número de nacimientos ya que el entorno social es el mismo en los dos casos