La Conferencia Episcopal Española
Ahora resulta que los culpables de todos los males son el señor Garamendi y la Conferencia Episcopal Española ya que muchos culpan a sus componentes de la intención de romper España y separar a sus habitantes, lo que me viene a la memoria el chiste del gitano y el guardia civil en el que el primero, presionado, confiesa haber matado a Calvo Sotelo. Para encontrar chivos expiatorios somos magníficos
Son críticas injustas ya que el presidente de los empresarios defendió la posibilidad de que el indulto supusiera un clima beneficioso para las empresas y a pesar de que sus intenciones podían ser ilusorias, estaba en su perfecto derecho de soñar
El caso de la Conferencia Episcopal es más sangrante si cabe. Se le achaca a Omella haber visitado al Papa cuya misión como pontífice es tender puentes, como su nombre indica, una labor innecesaria entre los afines, pero definitiva cuando supone el intento de llegar a acuerdos entre unas partes enconadas. Y la Iglesia, que vela por todos, debe tener en su hoja de ruta el interés de pacificar a unas personas con otras, una labor que lleva a cabo en muchos países en los que hay diferencias raciales, religiosas, éticas y políticas.
Y no necesita para conseguir esos logros arrepentimiento previo. Ella propone y el desarrollo de la historia le dará la razón o se la quitará, pero al menos dormirá tranquila porque lo ha intentado. Jesucristo no le exigió nada a la adúltera, a la que querían apedrear, solo la despidió con una frase en la que pedía que no volviera a pecar. No conocemos si la mujer obedeció o siguió su camino, pero el Nazareno le dio la posibilidad de reflexionar sobre el resultado de sus acciones
El cristianismo es un disparate si se miden sus fines con criterios antropológicos ya que no defiende, como hicieran Hitler o Esparta, al superhombre, sino que apuesta por el débil y el enfermo cuya atención resulta costosa para la sociedad y lastra la economía. Con frecuencia se le ha achacado a la Iglesia Católica, y con razón, de ponerse del lado de una facción frente a otra, pero ahora cuando intenta poner paz, también la quieren coger con el pie cambiado
Personalmente soy contraria a los indultos, que debilitan al estado en su negociación y me parecen una mano tendida a personas que no la van a estrechar, pero encuentro encomiable que la Conferencia Episcopal siga recomendando entendimiento, cuando sabe que le van a llegar críticas de todos los lados posibles. Hay que tener muy clara la meta cuando te atreves a luchar contra los elementos