Covid y religiones
El problema que tienen los sacerdotes católicos, los pastores protestantes, los rabinos judíos y los imanes es la manera de encontrar la forma de potenciar la espiritualidad en un mundo materialista pero el Covid ha añadido una nueva preocupación el abandono de los fieles de los templos a los que acudían. Este fenómeno ya ocurría antes de la pandemia, pero se ha acelerado por lo que muchas instituciones han recurrido a los servicios de Internet como Zoom. Si no vuelven los fieles, sobran locales que suelen ser caros de sostener por grandes o antiguos con muchos gastos involucrados
Ya el gran economista Adam Smith, en La riqueza de las naciones, comentaba que las iglesias eran semejantes a negocios y ponía como ejemplo panaderías o cervecerías lo que implicaba que tenían que actuar con celo y hoy añadiríamos marketing para llenar los bancos de los templos. La competencia es feroz sobre todo en los Estados Unidos donde hay más de 1200 denominaciones cristianas, junto a otros credos, lo que exige la oferta de liturgias atractivas que en algunos casos incluyen la música
La imaginación ha sido un gran recurso. El Milton Keynes Christian Center en Gran Bretaña ha desarrollado cursos de educación religiosa y grupos de oración, tanto online como presenciales. También ofrece un espacio para los niños con dificultades de aprendizaje donde les ayudan a calman sus nervios. Pero estas nuevas técnicas no están al alcance de muchos clérigos porque no se sienten capaces de aprender o no les gusta la idea. Como decía Adam Smith las religiones se enfrentan a los mismos problemas que tienen las empresas cuyos productos han quedado obsoletos o se enfrentan a los grandes gigantes de Internet
Durante siglos las religiones han ido amasando propiedades. La Iglesia de la Cienciología tiene bienes en Hollywood por valor de 400.000.000 de dólares, un castillo de estilo medieval en Sudáfrica y una mansión del siglo XVIII en Sussex, Inglaterra. El Wat Phra Dhamakaya, un templo que pertenece a una secta budista muy rica, tiene grandes salones de meditación en el mundo entero y es un misterio conocer los bienes que poseen los mormones, pero se rumorea que cuentan en los Estados Unidos con 100 billones de dólares que incluyen ranchos de ganado, un parque temático en Hawai y un centro comercial en Salt Lake City. Todos conocemos que la Iglesia católica tiene muchos pisos en Roma y otros lugares
En los tiempos recientes se han cerrado 200 templos al año en Inglaterra y seguirá el mismo camino en las próximas décadas. Algunos se venderán y no serán demolidos, pero otros no correrán la misma suerte. La Iglesia de Santa María en Berlín, una gran estructura gótica cuyas paredes están cubiertas de frescos y esculturas con muchos siglos de antigüedad se está quedando sin fieles pues comenta su pastor, Gregor Hohberg, que los berlineses están rellenando sus necesidades espirituales con clases de yoga y grupos de meditación ya que piensan que su religión no responde a los signos de los tiempos. Lo más curioso es que muchas mezquitas en occidente tienen también dificultades financieras, aunque cuenten con más fieles. La media de costos para estos templos en los Estados Unidos es de 70.000 dólares al año y no llegan para mantener el edificio en buen estado
La gran pregunta es ¿el acceso a Internet sido positivo o negativo? En 2020 un sermón virtual del arzobispo de Canterbury fue escuchado por 5 millones de personas, una cifra que multiplica por cinco la asistencia de los fieles a los templos en Inglaterra, pero esta audiencia tiene su precio que es el deterioro de los edificios y se tienen que buscar soluciones que implican arrendamientos, teatros, cines, auditorios o venta. No resulta fácil vender templos religiosos y el ejemplo más palpable es el de un famoso templo hindú en el estado de Andhra Prades que no se pudo llevar a cabo porque había sido edificado con donaciones de fieles y estos se oponían
Los economistas consideran que es buena la competencia religiosa como decía Voltaire en 1730: “Si hubiera sólo una única religión en Inglaterra habría peligro de despotismo, si existieran dos se pelearían entre sí, pero si hubiera treinta vivirían armónicamente”. Desconozco si estas palabras son verdaderas, aunque creo que en España los sacerdotes que sepan acomodarse a los signos de los tiempos harán mejor bien espiritual que los que se anclen en lo que ha funcionado toda la vida y que va morir poco a poco