Evo Morales y Snowden

Aunque desconozco los detalles concretos del conflictivo viaje no recuerdo en mi vida una afrenta semejante al presidente de un país como la que ha sufrido Evo Morales. El hombre tuvo la mala suerte de coincidir con Snowden en Moscú y la prensa internacional decidió, que era una ocasión única para que el espía norteamericano, abandonara la zona de tránsito ruso y se embarcara rumbo a Bolivia en su avión particular.

Prohibiciones de sobrevolar espacios aéreos y de repostar terminaron con sus huesos en Viena donde le hicieron permanecer doce horas y, como no bastó su palabra, tuvo que acceder a que la policía revisara su avión para comprobar que no llevaba pasajeros indeseados.

Lo más fácil hubiera sido que Moscú certificara que Snowden seguía en su país aunque puede que los rusos no hayan querido colaborar. Su gobierno está incómodo con una patata caliente que nadie quiere, pues saben que su asilo causará la ira de los EEUU. Los espías ocultos son útiles pero cuando salen a la luz no generan más que problemas. Ocultando la realidad Rusia metía en el lío a media Europa.

Nuestro ministro de Asuntos Exteriores ha dicho que España nunca se ha negado a que el avión boliviano, con su presidente como pasajero principal, repostara en algún aeropuerto español. Espero que sus palabras sean ciertas pues tengo la impresión de que fueron medias verdades: había que esperar a lo que sucediera en Viena.

Evo Morales dirá y, con razón, que estas afrentas sólo se hacen a pequeños países que además son pobres. Para colmo puede añadir que hay una gran dosis de racismo por medio ya que su etnia es indígena.
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