Monjas
En España no dejamos de hablar de las clarisas de Belorado que han sido engañadas por falsos sacerdotes excomulgados, pero en otros países se está propagando una película que han hecho las benedictinas del más antiguo monasterio de Quebec, en Canadá. A lo largo de dos años, la abadía de Saint -Marie des Deux - Montagnes que fue fundada en 1936, en una ciudad que se llama Sainte Marthe sur le Lac, abrió sus puertas para el productor de cine Lessandro Sócrates con la intención de que relatara el diario vivir de lo que pasa en el convento
Se asemeja a Invisibles, el título de una película que trataba de los interiores de conventos de clausura y las declaraciones de sus habitantes. El documental del que hablo se llama "De l'autre coté” (En el otro lado), está hecho en francés con subtítulos en inglés y dura 83 minutos. Se proyectó en los cines de Quebec en noviembre de 2022 y nuevamente en abril de este año. Se puede ver también en YouTube
Las hermanas que tomaron parte pertenecen a una comunidad contemplativa que forma parte de una familia de monasterios que se llaman la congregación de Solesmes y cuya presidencia ostenta el abad de Solesmes. Son filmadas llevando a cabo la rutina de todos los días: rezando, cantando, tocando instrumentos, trabajando, riendo, preparando iconos o simplemente dejándose deslizar por la nieve. A lo largo de la proyección se ve a 20 monjas que se quieren y que a pesar de ser contemplativas participan de la alegría de vivir y no proyectan una imagen de vida austera y triste que algunos piensan este método de vida conlleva, sino todo lo contrario. En la grabación se ve el gran sentido del humor que tienen y lo que disfrutan de los momentos de recreo
Supone también un homenaje a la antigua tradición de Cluny ya que las monjas celebran el oficio divino en latín y cantan himnos gregorianos. Sus oraciones y trabajos engendran la presunción de que acrecentarán su santidad y se conjugan con momentos de silencios prolongados
Decía San Benito de un monasterio que es la escuela del servicio divino y que, a través del canto gregoriano, la comunidad está también al servicio de la Iglesia universal. La hermana Inés Valderrama asegura que rezan a través y para la Iglesia y para aquellos que no tienen tiempo de rezar. Su fundador, Dom Guéranger, definía la Iglesia como una sociedad de alabanza divina.
Una oración constante es el centro de su vida de comunidad y en la medida que avanza la película nos damos cuenta que lo que las une es el rezo, que tiene sus raíces en el corazón de cada hermana que se ha dado enteramente a Cristo y le sigue en continuo contacto e intimidad con él. Nos dice la hermana abadesa Isabelle Thouin “que nuestra vida se alimenta con la palabra de Dios repetida constantemente por oraciones o cantos a lo largo del día y en el corazón de cada hermana. Mientras que el centro de nuestra vida es el santo sacrificio de la misa”
Las personas que asisten a nuestros oficios se sienten atraídos por la belleza, la serenidad, y el optimismo que inspira el canto de manera que también hacemos labor evangelizadora. La película también describe la importancia de la música en la comunidad que ha producido discos de canto gregoriano mientras que la abadesa es una gran organista, formada en la escuela de música de París a un nivel muy alto. Dos hermanas también tocan el órgano, otras la flauta, el piano y el arpa
La hermana Bernabé Roy asegura que “la película capta perfectamente nuestras vidas y es muy natural. Es como somos y no usamos maquillaje para las distintas imágenes”. Sócrates tuvo acceso a las partes más íntimas del monasterio guiado por una monja que apreció su discreción al filmar. Desde la sacristía pudo ver al sacerdote utilizar el incensario durante la adoración del Santo Sacramento
Sócrates, un brasileño director de cine que llegó a Canadá en el 2011, conoció a las hermanas a través del arte de iconografía cuyos cursos seguían en un estudio de Montreal y su amistad se afianzó a lo largo de los años. Una de las iconógrafas del monasterio, la hermana Louis Lussier, lo describe como gran humorista, una persona discreta mientras que nos observaba y mostraba interés en nosotras y en nuestras vidas. En la película proyecta nuestro estudio donde preparamos los iconos que pintamos y sobre los que escribimos. Las hermanas mayores enseñan a las jóvenes el delicado arte de la iconografía que tiene que ser perfecto para que se pueda vender y convertirse en nuestro método de subsistencia
De hecho, las hermanas benedictinas Louise Lussier, Martine Marie Roy, Agnes Valderrama y Angélica Marie Pham dedican una o dos horas a trabajar en la iconografía que consideran “un vehículo de diálogo ecuménico ya que los iconos unen al Este y al Oeste como forma de arte religioso y expresión de nuestra fe común” oímos decir a la hermana Valderrama
Para el director Sócrates, aunque el tema es raro, ofrece la oportunidad de realizar que no hay que tener interés exclusivo en las posesiones materiales y que los problemas diarios no pueden prevenir que en nuestra existencia brille la eternidad que comienza en las profundidades del alma.
A las religiosas les gustó la película y a los visitantes también porque con frecuencia se preguntaban qué es lo que las monjas hacían tras las rejas. Podían ver una nueva perspectiva de lo que era la vida religiosa, unas monjas que rezaban mucho pero que también se divertían en una vida que no era monótona y siempre acompañada de buena música
Al director le encantó saber que los videntes de la película fueron tocados por espiritualidad, alegría y entusiasmo que manaba de las imágenes sobre todo en un momento en que las comunidades religiosas son mal percibidas por el público. En esta cinta las vemos amando a Dios y al mundo y tenemos esperanza que ese amor y oración a Dios se extienda por algún lado