¿Pactos con el crimen organizado?
Muchos gobiernos se enfrentan a la tesitura de llegar a pactos con el crimen organizado que les permitan reducir el número de asesinatos y extorsiones en sus países. Tengo la impresión de que en Irlanda hubo contactos con el Sinn Fein o el IRA, considerado por algunos como su brazo político, y estoy segura que todos los gobiernos de la democracia española han hablado, mediante algún tipo de interlocutor, con ETA.
Hoy me interesa lo que ha pasado en El Salvador donde dos grupos de bandas rivales Barrio 18 y la mara Salvatrucha habían convertido en zona de guerra muchas partes pobres del país. De Carlos Mojica, uno de sus jefes, se dice que decapitó a una adolescente cuyo cuerpo fue mutilado con una pulidora de suelo lo que prueba la violencia inmisericorde de este caballero. Durante años la práctica de mano dura no consiguió frenar el crimen y lo único que hizo fue llenar las prisiones con personas muy poco arrepentidas. Para darnos cuenta de la magnitud de la tragedia en un país de 6 millones de habitantes los asesinatos igualaron a los de toda Europa en el 2011.
El gobierno salvadoreño presidido por Mauricio Funes ha pactado en 2012 con ambos bandos a los que ofreció prisiones más suaves para sus dirigentes presos y puestos de trabajo a sus compañeros libres, en hornos y granjas, a cambio de no matar. A partir de ese momento los asesinatos han bajado a la mitad lo que ha supuesto la salvación para 4000 personas en dos años. Como el ejemplo ha sido bueno, Belice y Honduras han seguido el mismo camino. En México el pacto ha sido con milicias compuestas por familias, hartas con los carteles de la droga, que decidieron hacerles la guerra por su cuenta.
Se levantan muchas voces en contra de llegar a acuerdos con criminales que, aunque no matan, siguen con sus robos y extorsiones e incluso ahora que se sienten protegidos se permiten dar entrevistas a los medios. Hay elecciones próximas y el anterior presidente no se presenta aunque lo hace su vicepresidente Salvador Sánchez Terán, un antiguo guerrillero y el pacto está en el aire. La extrema derecha defiende mano dura y otros creen en la bondad de estos pactos pero siempre que sus condiciones salgan a la luz. Mientras no se sepa lo que va a pasar el crimen ha empezado a subir.
Me he quedado con una pregunta a la que no sé realmente como responder ¿Se puede en cristiano pactar con asesinos para salvar vidas?
Hoy me interesa lo que ha pasado en El Salvador donde dos grupos de bandas rivales Barrio 18 y la mara Salvatrucha habían convertido en zona de guerra muchas partes pobres del país. De Carlos Mojica, uno de sus jefes, se dice que decapitó a una adolescente cuyo cuerpo fue mutilado con una pulidora de suelo lo que prueba la violencia inmisericorde de este caballero. Durante años la práctica de mano dura no consiguió frenar el crimen y lo único que hizo fue llenar las prisiones con personas muy poco arrepentidas. Para darnos cuenta de la magnitud de la tragedia en un país de 6 millones de habitantes los asesinatos igualaron a los de toda Europa en el 2011.
El gobierno salvadoreño presidido por Mauricio Funes ha pactado en 2012 con ambos bandos a los que ofreció prisiones más suaves para sus dirigentes presos y puestos de trabajo a sus compañeros libres, en hornos y granjas, a cambio de no matar. A partir de ese momento los asesinatos han bajado a la mitad lo que ha supuesto la salvación para 4000 personas en dos años. Como el ejemplo ha sido bueno, Belice y Honduras han seguido el mismo camino. En México el pacto ha sido con milicias compuestas por familias, hartas con los carteles de la droga, que decidieron hacerles la guerra por su cuenta.
Se levantan muchas voces en contra de llegar a acuerdos con criminales que, aunque no matan, siguen con sus robos y extorsiones e incluso ahora que se sienten protegidos se permiten dar entrevistas a los medios. Hay elecciones próximas y el anterior presidente no se presenta aunque lo hace su vicepresidente Salvador Sánchez Terán, un antiguo guerrillero y el pacto está en el aire. La extrema derecha defiende mano dura y otros creen en la bondad de estos pactos pero siempre que sus condiciones salgan a la luz. Mientras no se sepa lo que va a pasar el crimen ha empezado a subir.
Me he quedado con una pregunta a la que no sé realmente como responder ¿Se puede en cristiano pactar con asesinos para salvar vidas?