Religión y política
Los españoles sabemos la influencia que ha tenido la religión en la política y las costumbres de nuestro país pero aquello eran otros tiempos que muchos añoran. La situación de Polonia, un estado de la Unión Europea, está pasando por una condición semejante a la que vivimos nosotros pues desde octubre del 2015 ganó las elecciones un partido de extrema derecha, cuyas leyes (dicen los que saben) están dirigidas desde un pueblito, Torun, en el norte del país.
Desde allí se emite radio Maryja, a cuyo frente está el sacerdote de 70 años Tadeus Rydzyk que se enfrenta, desde las ondas, a todos los cambios en la sociedad. Aunque su audiencia es sólo de un 2%, el líder del partido en el poder reconoció, en el 24 aniversario de la fundación de la emisora, que no se hubieran conseguido las reformas llevadas a cabo sin su colaboración. También tiene un periódico diario para difundir sus ideas, el Nasz Dziennik
El padre Tadeus no se muestra partidario de la evolución de Polonia desde la caída del comunismo. Es contrario a Bruselas, a los partidos políticos que han gobernado desde 1990 el país, a los que considera a las órdenes de Moscú y se muestra muy negativo con acoger a los refugiados del norte de África. El país, dice, necesita una inyección de espiritualidad sino quiere convertirse en “guarida de ladrones, bandidos y pervertidos” (desgraciadamente los sucesos acaecidos en Nochevieja en Colonia y muchas ciudades europeas le pueden dar la razón). “Toda mano que se levanta contra la Iglesia lo hace contra Polonia” dijo en una entrevista.
¿Quiénes son sus seguidores? No tanto los fanáticos religiosos sino los que han padecido los rigores de la crisis en su propia carne y ven a los extranjeros perjudicando sus puestos de trabajo o faltando a sus costumbres ancestrales. Estas posturas me recuerdan al partido de Marie Le Pen en Francia.
Pero aunque influyente, al sacerdote no le parecen suficientes las medidas que está tomando el nuevo gobierno que, por su parte, se enfrenta a Bruselas pues algunas de las decisiones que ha introducido van contra el tratado de la Unión, como algún tipo de mordaza a la prensa que no es afín.
Yo comprendo su añoranza de otros tiempos cuando la iglesia polaca era omnímoda pero me parece que no entraba en la idea de Jesucristo inmiscuirse en política “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Lo que no quita una crítica a lo mal hecho por el gobierno en el poder y la propuesta de ofertas que mejoren al país.
El tema de los refugiados en Europa por su elevado número y distinta religión es harina de otro costal. En algunas ciudades son demasiados y la población local los mira con resentimiento, como es el caso de Polonia, que tiene una población de mayoría católica y ve sus costumbres amenazadas. Hoy ya han cerrado sus fronteras muchos países porque se ven desbordados. Estamos ante un problema de gran magnitud que se tendrá que estudiar algún día en profundidad pues no vale arreglarlo con parches.
Desde allí se emite radio Maryja, a cuyo frente está el sacerdote de 70 años Tadeus Rydzyk que se enfrenta, desde las ondas, a todos los cambios en la sociedad. Aunque su audiencia es sólo de un 2%, el líder del partido en el poder reconoció, en el 24 aniversario de la fundación de la emisora, que no se hubieran conseguido las reformas llevadas a cabo sin su colaboración. También tiene un periódico diario para difundir sus ideas, el Nasz Dziennik
El padre Tadeus no se muestra partidario de la evolución de Polonia desde la caída del comunismo. Es contrario a Bruselas, a los partidos políticos que han gobernado desde 1990 el país, a los que considera a las órdenes de Moscú y se muestra muy negativo con acoger a los refugiados del norte de África. El país, dice, necesita una inyección de espiritualidad sino quiere convertirse en “guarida de ladrones, bandidos y pervertidos” (desgraciadamente los sucesos acaecidos en Nochevieja en Colonia y muchas ciudades europeas le pueden dar la razón). “Toda mano que se levanta contra la Iglesia lo hace contra Polonia” dijo en una entrevista.
¿Quiénes son sus seguidores? No tanto los fanáticos religiosos sino los que han padecido los rigores de la crisis en su propia carne y ven a los extranjeros perjudicando sus puestos de trabajo o faltando a sus costumbres ancestrales. Estas posturas me recuerdan al partido de Marie Le Pen en Francia.
Pero aunque influyente, al sacerdote no le parecen suficientes las medidas que está tomando el nuevo gobierno que, por su parte, se enfrenta a Bruselas pues algunas de las decisiones que ha introducido van contra el tratado de la Unión, como algún tipo de mordaza a la prensa que no es afín.
Yo comprendo su añoranza de otros tiempos cuando la iglesia polaca era omnímoda pero me parece que no entraba en la idea de Jesucristo inmiscuirse en política “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Lo que no quita una crítica a lo mal hecho por el gobierno en el poder y la propuesta de ofertas que mejoren al país.
El tema de los refugiados en Europa por su elevado número y distinta religión es harina de otro costal. En algunas ciudades son demasiados y la población local los mira con resentimiento, como es el caso de Polonia, que tiene una población de mayoría católica y ve sus costumbres amenazadas. Hoy ya han cerrado sus fronteras muchos países porque se ven desbordados. Estamos ante un problema de gran magnitud que se tendrá que estudiar algún día en profundidad pues no vale arreglarlo con parches.