Mi amigo Tim II
He recibido un correo de mi amigo Tim y quiero que mis lectores conozcan lo que cuenta de Liberia, donde ha ido para dos meses con el propósito de ayudar en la curación del Ébola. Para que conozca la situación del país incluye en su carta un artículo reciente de Monseñor Robert Vitillo que lleva por título, “Visita a un África distinta donde “no tocar” es el nuevo mandamiento”. El autor ha estado numerosas veces en el continente africano y sabe de lo que habla. En su reciente viaje fue recibido en el aeropuerto con cubos de agua con lejía donde meter las manos y un termómetro que tomaba la temperatura antes de dejar que nadie llegara al terminal del aeropuerto.
Siempre fue recibido con efusivas muestras de afecto, que incluían contacto físico, hoy esa costumbre ha quedado abolida para evitar el contagio. Incluso los amantes deben tener cuidado. No es extraño porque la situación en Liberia es extremadamente grave. Se han detectado 914 casos y hay otros 1000 sospechosos aunque se piensa que la cifra puede llegar a los 3500 enfermos de los que ya han muerto 1830 (cifras aproximadas).
Muchas clínicas y hospitales han cerrado con lo que es difícil encontrar cura para otras enfermedades y muchas personas se mueren en la calle por dolencias que se podrían haber solventado. Los colegios y muchos edificios del estado están cerrados y muchos empleados del campo sanitario tienen miedo de volver al trabajo con lo que no cuentan con salarios para sus necesidades vitales. En las comunidades sometidas a la cuarentena para impedir el riesgo de infección no hay agua limpia ni comida. Con lo que se están generando polvorines a punto de estallar.
¿Cómo podemos ayudar? Parece que la población no reporta los casos y hay que organizar grupos internos que empujen a los familiares a hacerlo. Caritas Liberia pide fondos a la comunidad internacional para poder actuar. La estructura sanitaria que siempre ha sido escasa ahora está desbordada y los presuntos pacientes de Ébola, sobre todo en Monrovia, van de sitio en sitio y no son admitidos en ningún lado.
Monseñor Vitillo habla del hospital de San Juan de Dios donde los dos misioneros españoles contrajeron la enfermedad. Un ejemplo de entrega y generosidad pero hoy desgraciadamente cerrado. No tienen personal porque han tenido otras muertes en Accra y en Sierra Leona. Los hermanos quieren abrir el hospital pero necesitan fondos para hacerlo y montar una unidad a la entrada del centro que detecte el ébola en los nuevos pacientes y evitar que se extienda por todo el edificio.
A esta carta mi amigo Tim añade una oferta sugerente para un voluntario durante 3 o 6 meses que haga labor administrativa, porque no necesitan doctores ni enfermeras y me pregunta como correr la noticia. Incluso por si alguien se ofrece me informa de la manera de llegar, Air Morocco desde Casablanca o Air Brussels que vuela dos veces a la semana. Está dispuesto a contar las medidas de seguridad con las que cuenta y a hablar por teléfono o correo electrónico con el que quiera recabar más información. El que tiene en Liberia es TFlanigan@lifespan.org.
Os ruego que paséis esta noticia porque a lo mejor Dios toca el corazón de alguna persona… que se apunta.
Siempre fue recibido con efusivas muestras de afecto, que incluían contacto físico, hoy esa costumbre ha quedado abolida para evitar el contagio. Incluso los amantes deben tener cuidado. No es extraño porque la situación en Liberia es extremadamente grave. Se han detectado 914 casos y hay otros 1000 sospechosos aunque se piensa que la cifra puede llegar a los 3500 enfermos de los que ya han muerto 1830 (cifras aproximadas).
Muchas clínicas y hospitales han cerrado con lo que es difícil encontrar cura para otras enfermedades y muchas personas se mueren en la calle por dolencias que se podrían haber solventado. Los colegios y muchos edificios del estado están cerrados y muchos empleados del campo sanitario tienen miedo de volver al trabajo con lo que no cuentan con salarios para sus necesidades vitales. En las comunidades sometidas a la cuarentena para impedir el riesgo de infección no hay agua limpia ni comida. Con lo que se están generando polvorines a punto de estallar.
¿Cómo podemos ayudar? Parece que la población no reporta los casos y hay que organizar grupos internos que empujen a los familiares a hacerlo. Caritas Liberia pide fondos a la comunidad internacional para poder actuar. La estructura sanitaria que siempre ha sido escasa ahora está desbordada y los presuntos pacientes de Ébola, sobre todo en Monrovia, van de sitio en sitio y no son admitidos en ningún lado.
Monseñor Vitillo habla del hospital de San Juan de Dios donde los dos misioneros españoles contrajeron la enfermedad. Un ejemplo de entrega y generosidad pero hoy desgraciadamente cerrado. No tienen personal porque han tenido otras muertes en Accra y en Sierra Leona. Los hermanos quieren abrir el hospital pero necesitan fondos para hacerlo y montar una unidad a la entrada del centro que detecte el ébola en los nuevos pacientes y evitar que se extienda por todo el edificio.
A esta carta mi amigo Tim añade una oferta sugerente para un voluntario durante 3 o 6 meses que haga labor administrativa, porque no necesitan doctores ni enfermeras y me pregunta como correr la noticia. Incluso por si alguien se ofrece me informa de la manera de llegar, Air Morocco desde Casablanca o Air Brussels que vuela dos veces a la semana. Está dispuesto a contar las medidas de seguridad con las que cuenta y a hablar por teléfono o correo electrónico con el que quiera recabar más información. El que tiene en Liberia es TFlanigan@lifespan.org.
Os ruego que paséis esta noticia porque a lo mejor Dios toca el corazón de alguna persona… que se apunta.