Las estatuas de San Junípero Serra
Creí que la demolición de las estatuas en los Estados Unidos de personajes famosos de la antigüedad reciente, era un movimiento en el que entraba la destrucción de las figuras de Fray Junípero en California, pero estaba equivocada. Ya irritó su canonización en 2015 entre algunos grupos de indígenas pues consideraban que admitió y supervisó la flagelación de nativos por ofensas menores. También le hacían responsable de la muerte de 150.000 indios entre 1760 y 1834 en cárceles, enfermedades y trabajos más propios de esclavos. De hecho, el retirado obispo de Sacramento, Francis Quinn, se opuso a la canonización e incluso escribió dos cartas al Papa para que se suspendiera y al no conseguirlo concelebró una misa para la tribu Miwok en San Rafael en el 2017 en la que pedía perdón
Las opiniones son diversas pues muchos de los cargos de los que se le acusa sucedieron tras su muerte, pero para otros, Serra participó en un sistema de dominación que se impuso en las misiones y terminó con costumbres y tradiciones locales. Newcomb, autor de Pagans in the Promise Land, defiende que las misiones contribuyeron a crear una forma de vida intrínsicamente malvada. Para el jesuita, Fr. John Coleman profesor en la universidad de Loyola Marymount de Los Ángeles Serra no era un hombre malo, pero dejó que ocurrieran actuaciones malvadas en las misiones
Con todos estos precedentes, un grupo mayoritario de mujeres indígenas, Melissa Aguilar, Mayorgi Nadieska, Victoria Eva Montano, Moira Van de Walker y Andrew Lester Mendle, se declararon responsables de la demolición de las estatuas de Fray Junípero en la misión de San Rafael y en el parque Golden Gate
Lo más curioso del caso fue la reacción del obispo de San Francisco, Salvatore Cordilione, un prelado de origen siciliano conflictivo que gobierna la diócesis desde 2012 y se muestra poco partidario de las reformas que preconiza el Papa. En su haber hay protestas contra los métodos anticonceptivos, los homosexuales y exige juramento de fidelidad a los profesores, unos hechos que considera son su “lucha contra Satán”. Estas posturas excesivamente conservadoras, según algunos de sus fieles, han llevado a la petición en el San Francisco Chronicle de que fuera sustituido.
Cordilione, nada más conocer la destrucción de las estatuas se puso al frente de una comitiva compuesta por sacerdotes, religiosas y fieles que rezaban el rosario para realizar un exorcismo “in situ” pues acudieron a los dos lugares. Durante el acto afirmó que no se podía consentir que un pequeño grupo de personas sin cargos electos decidieran destruir símbolos que refuerzan nuestra fe. Consideró el acto blasfemo y sacrílego lo que le permitió pedir al fiscal del distrito que instigara cargos de odio, pero no consiguió nada más que les achacara de vandalismo
De nuevo estos actos recibieron pitos y palmas. Un sacerdote que no quiso dar su nombre defendió que no se podía hablar de blasfemia cuando se trataba de estatuas, pero “si las historias que corren sobre fray Junípero fueran ciertas, no se debía haberlo canonizado”. Y para otros, el rito de exorcismo no era el adecuado, sino que consideraban preferible escuchar a los indígenas; otros lugares hubieran sido mejor escogidos como los niños encarcelados en la frontera… El periódico María Independent consideró los hechos como falta de respeto a otras creencias
Las voces a favor como la del presidente de la conferencia episcopal, José Gómez, obispo de los Ángeles, defendían que Serra era un santo y los actos malvados que se le atribuyen son falsos y engañosos en cambio consiguió muchas conversiones de nativos a nuestra fe
Cordilione respondió por mail a los que le criticaron por realizar un exorcismo. “Un exorcismo menor no es extremista”, los católicos percibieron un ataque que hería a su alma y necesitaba ser curada. Los atacantes debían de pedir perdón por su acto criminal como señal de buena voluntad
La verdad es que los exorcismos no me resultan atractivos los considero cosas del pasado y puede que no sea imparcial cuando hable de ellos, como en este caso