El feminismo del papa Francisco
El Papa Francisco habla con frecuencia del lugar "importante” que las mujeres deben ocupar en la vida eclesial. Pero, ¿Hasta qué punto está dispuesto a avanzar? El reportaje presentado a continuación es de Benedicte Lutaud y ha sido publicado en el sitio "Le Monde des Religions”. Traducción de Moisés Sbardelotto.
"Las mujeres deben ser mejor considerados en la Iglesia. "Su emancipación" debe "expresarse". Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco multiplica los discursos en favor de las mujeres. Pero, por esas palabras, ¿podemos pensar que es feminista? Aunque la ordenación de mujeres no es parte de sus objetivos, parece decidido a darles mayor visibilidad. La reforma de la Curia (gobierno central de la Iglesia), el principal espacio de construcción de cambios en su pontificado, le podría ofrecer la oportunidad de nombrar figuras femeninas para dirigir los dicasterios (ministerios o departamentos). Pero debe tener en cuenta la fuerte resistencia que él está encontrado en esas estructuras.
Apenas unos días después de su elección, el Jueves Santo [2013], el Papa lavó los pies a dos mujeres en una prisión romana. Era la primera vez que eso sucedía. Una semana más tarde, en un discurso, afirmó que las mujeres tienen "un papel especial [en] abrir las puertas al Señor”. En noviembre de 2013, en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, el Papa fue más directo: invitó a reflexionar "sobre el posible papel de la mujer ahí donde se toman las decisiones importantes". En diciembre de 2014, que ellas sean "más reconocidas en sus derechos", en la "vida social y profesional.
"Como cerezas en un pastel"
Pero Francisco no se queda solo en palabras. En marzo de 2014, designó a una mujer a la presidencia de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, la famosa socióloga Margaret Archer. En julio, eligió, a una mujer para dirigir una universidad pontificia, la religiosa María Melone. Es la primera vez que esto sucede. La Pontificia Comisión para la Protección de Menores ya cumple con la paridad estricta. En septiembre, el obispo de Roma nombró a cinco mujeres a integrar la prestigiosa Comisión Teológica Internacional. Tres meses después, dijo: "Las mujeres son como la cereza en un pastel” "Se necesitan más!".
En el Vaticano, se rumora que él podría dar un paso más: elegir a una religiosa para dirigir el dicasterio encargado de la pastoral de los emigrantes. El cardenal Maradiaga, coordinador del Consejo de Cardenales, que ayuda al Papa en la reforma de la Curia, ha comentado sobre la posibilidad de poner un matrimonio al frente del Pontificio Consejo para los Laicos. La presencia de una mujer dirigiendo la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, tampoco parece imposible, según, especialista en el status de las mujeres en la Iglesia, en el L’Ossevatore Romano.
Continuidad en los contenidos, ruptura en el estilo
Hasta ahora, las mujeres nunca superaron el nivel "número 3" en la Curia. Con Benedicto XVI, en 2010, fue nombrada la primera mujer laica, Flaminia Giovanelli, como sub-secretaria de un gran dicasterio: El Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz. Un año más tarde, la religiosa Nicla Spezzati se convirtió también en la número 3 en la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.
En los contenidos, el Papa Francisco se inscribe en las huellas de sus predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Incluso este último, había sugerido la creación de un cuaderno de la mujer en L'Osservatore Romano. Pero es el tono de los discursos que Bergoglio se distingue, denunciando con "nuevo valor la de condición de subalterna de la mujer en la Iglesia", dijo Lucetta Scaraffia. Él "es más audaz en su forma de expresarse, y de decidir", añade Romilda Ferrauto, editora en jefe de la sección francesa de Radio Vaticano. "Su trayectoria personal hace la diferencia". Y hay una razón: en "La vida oculta de Jorge Bergoglio", Armando Rubén Puente cuenta como el cardenal Jorge Mario Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, salvó prostitutas de la violencia de calle y de sus proxenetas.
Pero esta actitud no es aceptada por todos. Varios cardenales de la Curia ya no ocultan su exasperación. Si Francisco decidiese nombrar mujeres para que dirijan los dicasterios, eso "significa que ellas asumirían una posición al más alto nivel de una carrera. Habría enormes resistencias", dice Lucetta Scaraffia. "No sé si el Papa podría enfrentarlas". "No va a ser sencillo. Al igual que el resto de la reforma de la Curia", admite Romilda Ferrauto.
Nada de ordenaciones sacerdotales
El discurso sin precedentes del Papa, sin embargo, tiene ciertos límites. Sobre la ordenación de mujeres, él es categórico: "el sacerdocio (es) reservado para los hombres (...) es un tema que no se pone en discusión”, escribe en la Evangelii Gaudium. Francisco confirma la posición de la Iglesia cuando confiere calidades específicas a la mujer: "es aquella que carga, es la madre de la comunidad”. ¿El feminismo? "Una filosofía que corre el riesgo de convertirse en machismo de falda”. Ha dicho muy claramente.
"El Vaticano mantiene la idea de que los hombres y las mujeres tienen roles diferentes y complementares”, confirma Lucetta Scaraffia. "El problema es que se considera que el papel de los hombres sea superior, [pero esto es un supuesto], no es así. Las mujeres no necesitan [ejercer] un papel sacerdotal”. Kate McElwee directora de la organización estadounidense Women's Ordination Conference, en Roma, está en favor de la ordenación de mujeres. "La posición de la Iglesia”, dice, es "sexista”. Decir que las mujeres son más espirituales, maternales, permite justificar el hecho de que la autoridad sea dada a los hombres.
Valorar a las mujeres comprometidas
Kate McElwee participó, entre los días 04 y 07 de febrero, de un congreso sobre las mujeres, organizado por el Pontificio Consejo para la Cultura. En el folleto de presentación, la ordenación femenina no está en la pauta: "Según las estadísticas, el tema suscita un débil interés”. "¡Me gustaría ver estas estadísticas!”, ironiza, puesto que 63% de los católicos estadounidenses serían favorables a la ordenación de mujeres. En Francia, según una encuesta publicada en los diarios Le Monde y La Croix, en 2009, la mayoría de los practicantes regulares 63%, también eran favorables. Sin embargo, Romilda Ferrauto admite que este encuentro permitió poner en primer plano el papel de las religiosas en el terreno, especialmente la Hermana Eugenia Bonetti, símbolo de la lucha contra el tráfico europeo de inmigrantes africanas forzadas a la prostitución.
"Las hermanas son las únicas que pueden acercarse fácilmente a las prostitutas”, dice la responsable por la Radio Vaticano. "Hoy en día, las religiosas constituyen dos tercios de la comunidad y no tienen voz”, lamenta Lucetta Scaraffia. Anne Marie Pelletier, profesora del Collège des Bernardins y ganadora del Premio Ratzinger 2014, participó del Congreso del Pontificio Consejo para la Cultura. Ella constata: "hoy, un cierto número de mujeres se aleja de la institución eclesial por considerarla poco reconocedora del enorme trabajo desarrollado por las mujeres”.
Mujeres en el seminario y más teólogas
Lucetta Scaraffia también milita para que se admita un mayor número de mujeres para enseñar en los seminarios: "Los futuros sacerdotes se acostumbrarían a ver mujeres en posiciones superiores. Por ahora, ¡ellos sólo ven empleadas que lavan los platos! Además, es en el ámbito intelectual que el Papa Francisco parece más dispuesto a designar a las mujeres. Es necesario "sacar lo mejor provecho de su contribución específica a la inteligencia de la fe”, él dijo, en diciembre, a la Comisión Teológica Internacional.
Por lo tanto, es necesario "repensar toda la tradición cristiana teniendo en cuenta a las mujeres presentes en el Evangelio: Marta, María, la Samaritana y María Magdalena”, indica Lucetta Scaraffia. "Los padres de la Iglesia hablaban de la femineidad de Dios interpretada por el Espíritu Santo”."Este tipo de evolución un poco telúrica solo puede ser hecha con un mínimo de paciencia y confianza. Pero el movimiento comenzó”, manifiesta con alegría Anne Marie Pelletier.
Instituto Humanitas Unisinos, Brasil.
"Las mujeres deben ser mejor considerados en la Iglesia. "Su emancipación" debe "expresarse". Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco multiplica los discursos en favor de las mujeres. Pero, por esas palabras, ¿podemos pensar que es feminista? Aunque la ordenación de mujeres no es parte de sus objetivos, parece decidido a darles mayor visibilidad. La reforma de la Curia (gobierno central de la Iglesia), el principal espacio de construcción de cambios en su pontificado, le podría ofrecer la oportunidad de nombrar figuras femeninas para dirigir los dicasterios (ministerios o departamentos). Pero debe tener en cuenta la fuerte resistencia que él está encontrado en esas estructuras.
Apenas unos días después de su elección, el Jueves Santo [2013], el Papa lavó los pies a dos mujeres en una prisión romana. Era la primera vez que eso sucedía. Una semana más tarde, en un discurso, afirmó que las mujeres tienen "un papel especial [en] abrir las puertas al Señor”. En noviembre de 2013, en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, el Papa fue más directo: invitó a reflexionar "sobre el posible papel de la mujer ahí donde se toman las decisiones importantes". En diciembre de 2014, que ellas sean "más reconocidas en sus derechos", en la "vida social y profesional.
"Como cerezas en un pastel"
Pero Francisco no se queda solo en palabras. En marzo de 2014, designó a una mujer a la presidencia de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, la famosa socióloga Margaret Archer. En julio, eligió, a una mujer para dirigir una universidad pontificia, la religiosa María Melone. Es la primera vez que esto sucede. La Pontificia Comisión para la Protección de Menores ya cumple con la paridad estricta. En septiembre, el obispo de Roma nombró a cinco mujeres a integrar la prestigiosa Comisión Teológica Internacional. Tres meses después, dijo: "Las mujeres son como la cereza en un pastel” "Se necesitan más!".
En el Vaticano, se rumora que él podría dar un paso más: elegir a una religiosa para dirigir el dicasterio encargado de la pastoral de los emigrantes. El cardenal Maradiaga, coordinador del Consejo de Cardenales, que ayuda al Papa en la reforma de la Curia, ha comentado sobre la posibilidad de poner un matrimonio al frente del Pontificio Consejo para los Laicos. La presencia de una mujer dirigiendo la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, tampoco parece imposible, según, especialista en el status de las mujeres en la Iglesia, en el L’Ossevatore Romano.
Continuidad en los contenidos, ruptura en el estilo
Hasta ahora, las mujeres nunca superaron el nivel "número 3" en la Curia. Con Benedicto XVI, en 2010, fue nombrada la primera mujer laica, Flaminia Giovanelli, como sub-secretaria de un gran dicasterio: El Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz. Un año más tarde, la religiosa Nicla Spezzati se convirtió también en la número 3 en la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.
En los contenidos, el Papa Francisco se inscribe en las huellas de sus predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Incluso este último, había sugerido la creación de un cuaderno de la mujer en L'Osservatore Romano. Pero es el tono de los discursos que Bergoglio se distingue, denunciando con "nuevo valor la de condición de subalterna de la mujer en la Iglesia", dijo Lucetta Scaraffia. Él "es más audaz en su forma de expresarse, y de decidir", añade Romilda Ferrauto, editora en jefe de la sección francesa de Radio Vaticano. "Su trayectoria personal hace la diferencia". Y hay una razón: en "La vida oculta de Jorge Bergoglio", Armando Rubén Puente cuenta como el cardenal Jorge Mario Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, salvó prostitutas de la violencia de calle y de sus proxenetas.
Pero esta actitud no es aceptada por todos. Varios cardenales de la Curia ya no ocultan su exasperación. Si Francisco decidiese nombrar mujeres para que dirijan los dicasterios, eso "significa que ellas asumirían una posición al más alto nivel de una carrera. Habría enormes resistencias", dice Lucetta Scaraffia. "No sé si el Papa podría enfrentarlas". "No va a ser sencillo. Al igual que el resto de la reforma de la Curia", admite Romilda Ferrauto.
Nada de ordenaciones sacerdotales
El discurso sin precedentes del Papa, sin embargo, tiene ciertos límites. Sobre la ordenación de mujeres, él es categórico: "el sacerdocio (es) reservado para los hombres (...) es un tema que no se pone en discusión”, escribe en la Evangelii Gaudium. Francisco confirma la posición de la Iglesia cuando confiere calidades específicas a la mujer: "es aquella que carga, es la madre de la comunidad”. ¿El feminismo? "Una filosofía que corre el riesgo de convertirse en machismo de falda”. Ha dicho muy claramente.
"El Vaticano mantiene la idea de que los hombres y las mujeres tienen roles diferentes y complementares”, confirma Lucetta Scaraffia. "El problema es que se considera que el papel de los hombres sea superior, [pero esto es un supuesto], no es así. Las mujeres no necesitan [ejercer] un papel sacerdotal”. Kate McElwee directora de la organización estadounidense Women's Ordination Conference, en Roma, está en favor de la ordenación de mujeres. "La posición de la Iglesia”, dice, es "sexista”. Decir que las mujeres son más espirituales, maternales, permite justificar el hecho de que la autoridad sea dada a los hombres.
Valorar a las mujeres comprometidas
Kate McElwee participó, entre los días 04 y 07 de febrero, de un congreso sobre las mujeres, organizado por el Pontificio Consejo para la Cultura. En el folleto de presentación, la ordenación femenina no está en la pauta: "Según las estadísticas, el tema suscita un débil interés”. "¡Me gustaría ver estas estadísticas!”, ironiza, puesto que 63% de los católicos estadounidenses serían favorables a la ordenación de mujeres. En Francia, según una encuesta publicada en los diarios Le Monde y La Croix, en 2009, la mayoría de los practicantes regulares 63%, también eran favorables. Sin embargo, Romilda Ferrauto admite que este encuentro permitió poner en primer plano el papel de las religiosas en el terreno, especialmente la Hermana Eugenia Bonetti, símbolo de la lucha contra el tráfico europeo de inmigrantes africanas forzadas a la prostitución.
"Las hermanas son las únicas que pueden acercarse fácilmente a las prostitutas”, dice la responsable por la Radio Vaticano. "Hoy en día, las religiosas constituyen dos tercios de la comunidad y no tienen voz”, lamenta Lucetta Scaraffia. Anne Marie Pelletier, profesora del Collège des Bernardins y ganadora del Premio Ratzinger 2014, participó del Congreso del Pontificio Consejo para la Cultura. Ella constata: "hoy, un cierto número de mujeres se aleja de la institución eclesial por considerarla poco reconocedora del enorme trabajo desarrollado por las mujeres”.
Mujeres en el seminario y más teólogas
Lucetta Scaraffia también milita para que se admita un mayor número de mujeres para enseñar en los seminarios: "Los futuros sacerdotes se acostumbrarían a ver mujeres en posiciones superiores. Por ahora, ¡ellos sólo ven empleadas que lavan los platos! Además, es en el ámbito intelectual que el Papa Francisco parece más dispuesto a designar a las mujeres. Es necesario "sacar lo mejor provecho de su contribución específica a la inteligencia de la fe”, él dijo, en diciembre, a la Comisión Teológica Internacional.
Por lo tanto, es necesario "repensar toda la tradición cristiana teniendo en cuenta a las mujeres presentes en el Evangelio: Marta, María, la Samaritana y María Magdalena”, indica Lucetta Scaraffia. "Los padres de la Iglesia hablaban de la femineidad de Dios interpretada por el Espíritu Santo”."Este tipo de evolución un poco telúrica solo puede ser hecha con un mínimo de paciencia y confianza. Pero el movimiento comenzó”, manifiesta con alegría Anne Marie Pelletier.
Instituto Humanitas Unisinos, Brasil.