¿Estamos ante una nueva guerra de religión?
Una crónica de Thierry Desjardins, aparecida en el periódico francés Le Figaro, advierte a sus lectores de que estamos en medio de una nueva guerra de religión dado que este siglo ha comenzado con un islam renacido y decidido a que la civilización cristiana pague por las centurias que ha dominado el planeta. El odio va más allá de la religión ya que sobrepasa los ataques a los templos, a los sacerdotes y a los fieles en cuanto que pretende acabar con la civilización occidental y sus valores: la democracia, el capitalismo, la paridad entre hombres y mujeres, los derechos del hombre y el progreso como nosotros lo concebimos
En el siglo XX la confrontación fue este – oeste, el bloque comunista por un lado y los países libres por otro. Marx, Lenin y Stalin, que sucumbieron por sus incoherencias fueron sustituidos por Ala y su profeta, el Corán por el manifiesto comunista, la bandera verde por la roja y los imanes por los comisarios políticos. Nuestro siglo será testigo de una lucha sin misericordia entre las masas inmensas del tercer mundo y los suburbios de nuestras grandes ciudades, una situación mucho más peligrosa que la que presentaban los tanques del pacto de Varsovia
Lloramos lágrimas de cocodrilo cuando nos enteramos de los coptos asesinados en Alejandría y de la muerte de los cristianos machacados en Bagdad, pero no hacemos nada. Es cierto que poco podemos hacer, salvo añorar a Saddam Hussein que hizo respetar la laicidad en su país, pero al menos nos queda la posibilidad de guardar una lucidez que nos permita deshacernos de un presunto arrepentimiento para maquillar nuestras antiguas “maldades” y dar razones al islam para terminar con nuestro pasado que es detestado por ellos
Los coptos vivían en las orillas del Nilo antes de las conquistas árabes y musulmanas y sus templos se construyeron años atrás que nuestras catedrales. Se puede decir lo mismo de todos cristianos de oriente bien sean católicos, ortodoxos maronitas libaneses y sus múltiples ritos: armenio, sirio, bizantino… Todos se encuentren en su casa desde hace siglos, la muestra es que algunos incluso siguen hablando en arameo, la lengua de Jesucristo. Pero su gran pecado es que pertenecen a la cultura cristiana y dado que no les podemos proteger al menos no les traicionemos apoyando las acusaciones odiosas de sus asesinos con nuestras disculpas. Otra posibilidad es acogerles, darles asilo cómo debemos hacer con todos los perseguidos, en cuanto que algunos ya han abandonado sus países
En cualquier caso, será mejor que no nos tapemos los ojos y no continuemos hablando de la amistad islamo - cristiana, de un islam occidental o de la cohabitación armoniosa entre las religiones monoteístas. Seamos intransigentes con las reglas de nuestra sociedad y no nos dejemos llevar por la discriminación, en cuanto que supondrá dar razones a los fanáticos La famosa frase que dijo Churchill en Múnich “prefirieron el deshonor a la guerra y han tenido los dos”, que no nos suceda a nosotros
Cuando leo estos artículos me entran las dudas porque veo a mi alrededor musulmanes convencidos de su fe, pero tolerantes con la nuestra y yo quiero pertenecer a este grupo: los del respeto a las creencias de los que no piensan como yo. Me pregunto ¿Estaré equivocada?