Las nuevas Lilith

De la Edad Media tenemos un texto, El alfabeto de Ben Sira, que narra un episodio con una mujer protagonista llamada Lilith, que encarna las tendencias más destructivas del ser humano, otra Pandora. Lo novedoso de este texto es que aparece como la primera mujer de Adán en el Paraíso, creada por Dios para que el hombre no estuviera solo Gn 2,18. Pero el invento no funcionó pues la pareja discutía constantemente y la mujer no estaba dispuesta a someterse a sus deberes de esposa, ya que se consideraba igual a su compañero. En un momento dado, harta de la situación, pronuncia el inefable nombre de Dios, lo que la convierte automáticamente en blasfema y huye del paraíso.

Los expertos se preguntan que llevó al autor a escribir esta tragedia y considera que la respuesta puede encontrarse en los dos relatos de la creación que aparecen en el Génesis. En el primero, los dos sexos son creados simultáneamente 1,27 y dan la sensación de igualdad pero en el segundo el varón es creado antes, seguido de las plantas, los animales y finalmente la mujer 2,20. La interpretación tradicional de esta segunda historia es que la creación de la mujer fue para contentar al varón quedando subordinada a su persona. Los que defendían la literalidad de la Biblia han encontrado una solución: si Dios había creado a la mujer en dos ocasiones, una a la vez que Adán y otra de su costilla, es que hubo dos mujeres: Lilith y Eva.

Todos conocemos las condenas a Eva a lo largo de la historia pero en Lilith se condensa toda la misoginia. Devoraba recién nacidos y era culpable de muchas enfermedades por lo que los amuletos para defenderse de sus maniobras colgaban de muchos cuellos.

La teología feminista ha hecho de Lilith el emblema de la libertad de la mujer pero hay que reconocer que las que intentan huir del paraíso del hogar, un infierno para muchas, se enfrentan no ya a los insultos y descalificaciones sino a la misma muerte. Muchas esposas o compañeras han pagado con su vida osarse a la independencia de los varones con los que convivían. Son las Lilith modernas que no se resignan a una vida de subordinación y luchan para conseguirlo, muchas se quedan por el camino pero marcan la senda por la que deben discurrir todas las mujeres abusadas, maltratadas y desconsideradas.



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