El perdón
Las noticias de que “la Tigresa", un miembro sanguinario de ETA, salía de la cárcel tras cumplir un año de condena por cada uno de sus numerosos asesinatos ha coincidido con una situación semejante en Italia. La Corte Suprema de este país ha manifestado que Totó Riina debía ser liberado para poder morir fuera de la cárcel en dignidad.
Totó fue la cabeza del clan mafioso siciliano, la Cosa Nostra, y se le acreditó la muerte de cientos de personas incluyendo a dos jueces convertidos en héroes nacionales: Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. No paró en eliminar a los que militaban en clanes distintos al suyo y cuando consiguió hacerse el dueño de todos ellos, su nuevo enemigo fue el Estado italiano, de aquí la muerte de los dos jueces. Se le conocía como la Bestia (la belva en italiano) por su crueldad, una prueba de ello es que, bajo su mandato, un chico de 14 años fue estrangulado y su cuerpo disuelto en ácido.
Anciano y con dos tumores en los riñones, el Tribunal Supremo ha fallado en contra de un tribunal inferior que se negaba al arresto domiciliario pues considera que Riina ya no supone un peligro para la sociedad y ordena que el recluso de 86 años sea trasladado a su pueblo de Corleone, en Sicilia para que pueda morir entre los suyos.
Muchas personas consideran que sigue manejando los hilos de la mafia desde la cárcel y por esta razón, y otras muchas, la medida ha levantado ronchas en Italia aunque hay distintas opiniones incluso entre.los partidos políticos. Dentro de la Liga Norte, Mateo Salvini, se queja de la decisión del Supremo mientras que un antiguo ministro de interior, Roberto Maroni, la aprueba. Otros proponen que reciba el tratamiento médico en la cárcel. Pero son los familiares de los asesinados los que se muestran más indignados. Salvatore, hermano de Paolo Borsellino, se ha quejado de que la simple idea de que Totó Riina pueda tener una muerte digna le repugnaba, una repugnancia de la que participan las familias de otras víctimas pues consideran que se había ensañado con sus víctimas.
En España tenemos el mismo problema pues a mucha gente no le gusta ver a los asesinos salir de la cárcel tras los años a los que fueron condenados, especialmente los familiares de las víctimas. Y también nos enfrentamos a la posibilidad del acercamiento de los presos de ETA al País Vasco, una posibilidad no tan remota como pudiera parecer. Como ciudadanos podemos tener distintas opiniones al respecto pero ¿Y cómo cristianos? Dejo la pregunta en el aire consciente de que la respuesta puede ser más fácil para unos que para otros.
Totó fue la cabeza del clan mafioso siciliano, la Cosa Nostra, y se le acreditó la muerte de cientos de personas incluyendo a dos jueces convertidos en héroes nacionales: Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. No paró en eliminar a los que militaban en clanes distintos al suyo y cuando consiguió hacerse el dueño de todos ellos, su nuevo enemigo fue el Estado italiano, de aquí la muerte de los dos jueces. Se le conocía como la Bestia (la belva en italiano) por su crueldad, una prueba de ello es que, bajo su mandato, un chico de 14 años fue estrangulado y su cuerpo disuelto en ácido.
Anciano y con dos tumores en los riñones, el Tribunal Supremo ha fallado en contra de un tribunal inferior que se negaba al arresto domiciliario pues considera que Riina ya no supone un peligro para la sociedad y ordena que el recluso de 86 años sea trasladado a su pueblo de Corleone, en Sicilia para que pueda morir entre los suyos.
Muchas personas consideran que sigue manejando los hilos de la mafia desde la cárcel y por esta razón, y otras muchas, la medida ha levantado ronchas en Italia aunque hay distintas opiniones incluso entre.los partidos políticos. Dentro de la Liga Norte, Mateo Salvini, se queja de la decisión del Supremo mientras que un antiguo ministro de interior, Roberto Maroni, la aprueba. Otros proponen que reciba el tratamiento médico en la cárcel. Pero son los familiares de los asesinados los que se muestran más indignados. Salvatore, hermano de Paolo Borsellino, se ha quejado de que la simple idea de que Totó Riina pueda tener una muerte digna le repugnaba, una repugnancia de la que participan las familias de otras víctimas pues consideran que se había ensañado con sus víctimas.
En España tenemos el mismo problema pues a mucha gente no le gusta ver a los asesinos salir de la cárcel tras los años a los que fueron condenados, especialmente los familiares de las víctimas. Y también nos enfrentamos a la posibilidad del acercamiento de los presos de ETA al País Vasco, una posibilidad no tan remota como pudiera parecer. Como ciudadanos podemos tener distintas opiniones al respecto pero ¿Y cómo cristianos? Dejo la pregunta en el aire consciente de que la respuesta puede ser más fácil para unos que para otros.