La renuncia

Acabo de recibir una novela que se llama La renuncia (E.Mensajero) en la que discurren dos historias paralelas muy distanciadas en el tiempo pues una narra acontecimientos transcurridos en el siglo XIII y la otra en el siglo XXI. Los espacios también son distintos pues una vida discurre entre Colombia y París mientras que la otra lo hace en lo que hoy llamamos Italia.

Les unen elementos comunes como son la violencia, el afán desmedido por el poder o por el dinero, la vanidad y la falta de moralidad para conseguir lo que se persigue. Unos temas que, me dirán mis lectores, son denominador común de la especie humana pero que también existen personas capaces de sustraerse a estos afanes.

El colombiano es un muchacho de 15 años
que sale a pescar y se encuentra con un grupo de guerrilleros que quiere acabar con la dictadura de Joaquín Balaguer. Es testigo del asesinato a sangre fría del jefe de la guerrilla constitucionalista, Caamaño, y por miedo a su delación tiene que huir a Francia. Matan a su novia pues no consiguen que describa su paradero y persiguen a su familia. En París logra, estudiando de noche, hacer la carrera y conseguir una plaza como profesor de instituto de historia medieval.

El italiano es un hombre mayor, Pietro Morrone, eremita con fama de santo y cuando los cardenales no consiguen ponerse de acuerdo en nombrar pontífice piensan en su persona pues consideran que será fácilmente manipulable. Entre lo que considera es voluntad de Dios y la vanidad que le invade (reconocida por él mismo), acepta el cargo bajo el nombre de Celestino VI. No pasaron ni seis meses cuando se arrepintió de la decisión tomada, renunció al papadoy se fue, sentado en un pollino, a su antiguo refugio del bosque aunque se trataba de una decisión inaudita ¿Influyeron sus conversaciones en Nápoles con Raimundo Llul y la lectura de Blanquerna que contempla un final semejante? Nunca lo sabremos pero es posible. Su sucesor, el cardenal Caetani, tomó el nombre de Bonifacio VIII pero estaba a disgusto con que hubiera dos papas vivos. No se atrevió a matar a su antecesor pero si a retenerlo en una cárcel a perpetuidad.

Los dos protagonistas de esta novela acaban entre rejas por la fidelidad a sus conciencias. El colombiano por proteger a su hermano y el Papa por hacerlo con la Iglesia pero a ambos les une una cosa adicional: se llevan a la cárcel muy pocas cosas, entre ellas la novela Blanquerna, de Raimundo Llul.

El momento para sacar este relato es muy oportuno pues hemos vivido la renuncia de un papa
, tras ocho siglos de un hecho semejante que muy pocas personas conocen, y yo me pregunto si también habrá leído Benedicto XVI. Lo que está claro es que el nombre de Celestino no se ha vuelto a repetir en la historia del papado
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