Que vuelva Dios
Recuerdo que al poco tiempo de morir Franco, tras una de las numerosas crisis económicas que hemos ido sorteando, se llenó mi barrio de grafitis que ponían “Con Franco estábamos mejor”. No era verdad para la mayoría, pero este autor añoraba el tiempo pasado en el que soportó menores penurias.
Hace pocas semanas recibió el premio nacional de ensayo Adela Cortina. Tuve la suerte de ir a felicitarla personalmente y aproveché para preguntarle si era por toda su obra o por la más reciente a lo que respondió que se lo habían dado por su último libro que llevaba un título sugestivo ¿Para qué sirve la ética? Una utilidad que no veía otro amigo que estaba conmigo y que le preguntó ¿para qué sirve Adela? Era un hombre culto lo que me extrañó.
Estamos asistiendo a un espectáculo de corrupción y falta de ética que no es exclusivo de España sino que se ha infiltrado por todo el mundo. Me ha resultado curioso que el Pew Research Center y el Ethics and Public Policy Centre de los EEUU, dos instituciones de pensamiento muy importantes, coincidían en recomendar a los predicadores que en sus respectivas iglesias hablen de política correcta. Tiene interés esta recomendación porque hace solo unos años aconsejaban todo lo contrario: que en los púlpitos no se tratara de temas de gobierno. Y los candidatos que se están ofreciendo para ser votados llenan sus discursos de referencias a Dios y a Jesucristo (todavía la mayoría son cristianos) aunque no sé si piensas sus palabras o creen que con ellas ganan votos.
Un tema que no deja de tener interés es la correlación entre mayores años de escolarización y menores creencias religiosas. Al menos esa es la conclusión a la que ha llegado el European Social Survey por lo que respecta a nuestro continente. Un estudio turco llega a la misma conclusión entre las mujeres en las que mayor educación disminuye el uso del velo y el voto a los partidos islámicos (algo que no sucede entre los varones). En Canadá cada año de más en instituciones educativas hace disminuir en un 4% la religiosidad de los alumnos.
Posiblemente la culpa la tengamos los que hemos enseñado la religión como un conjunto de creencias antes que una manera de vivir. En las encuestas realizadas en los EEUU la gente contesta que es mala la situación en la que Dios ha ido desapareciendo de la vida pública del país. Que vuelva Dios piden como una manera de regenerar la sociedad.
Hace pocas semanas recibió el premio nacional de ensayo Adela Cortina. Tuve la suerte de ir a felicitarla personalmente y aproveché para preguntarle si era por toda su obra o por la más reciente a lo que respondió que se lo habían dado por su último libro que llevaba un título sugestivo ¿Para qué sirve la ética? Una utilidad que no veía otro amigo que estaba conmigo y que le preguntó ¿para qué sirve Adela? Era un hombre culto lo que me extrañó.
Estamos asistiendo a un espectáculo de corrupción y falta de ética que no es exclusivo de España sino que se ha infiltrado por todo el mundo. Me ha resultado curioso que el Pew Research Center y el Ethics and Public Policy Centre de los EEUU, dos instituciones de pensamiento muy importantes, coincidían en recomendar a los predicadores que en sus respectivas iglesias hablen de política correcta. Tiene interés esta recomendación porque hace solo unos años aconsejaban todo lo contrario: que en los púlpitos no se tratara de temas de gobierno. Y los candidatos que se están ofreciendo para ser votados llenan sus discursos de referencias a Dios y a Jesucristo (todavía la mayoría son cristianos) aunque no sé si piensas sus palabras o creen que con ellas ganan votos.
Un tema que no deja de tener interés es la correlación entre mayores años de escolarización y menores creencias religiosas. Al menos esa es la conclusión a la que ha llegado el European Social Survey por lo que respecta a nuestro continente. Un estudio turco llega a la misma conclusión entre las mujeres en las que mayor educación disminuye el uso del velo y el voto a los partidos islámicos (algo que no sucede entre los varones). En Canadá cada año de más en instituciones educativas hace disminuir en un 4% la religiosidad de los alumnos.
Posiblemente la culpa la tengamos los que hemos enseñado la religión como un conjunto de creencias antes que una manera de vivir. En las encuestas realizadas en los EEUU la gente contesta que es mala la situación en la que Dios ha ido desapareciendo de la vida pública del país. Que vuelva Dios piden como una manera de regenerar la sociedad.