Un amigo me ha pasado el vídeo de la interesante entrevista que el programa, “Els Matins de TV3”, del pasado 14 de febrero, hizo a Keita Baldé, jugador de la selección de fútbol del Senegal.

El nombre de Keita Baldé, nacido en la localidad catalana de Arbúcies (de padres senegaleses, el 8 de marzo de 1995) ha sido noticia estos días, porque el pasado 6 de febrero ganó para el Senegal (ante Egipto), y por 4 a 2, la Copa de África de fútbol 2022.

En un perfecto catalán, Keita Baldé, que de pequeño estuvo en la Masia del Barça, elogiaba el trabajo, así como los valores de la constancia y de ayudar a los demás, afirmando, agradecido, por los años que vivió en Arbúcies, que “Cataluña será mi casa”. En la entrevista, Keita hablaba de la importancia de “ser buenas personas” y de “tener un corazón bueno”.

Este joven futbolista, no es la primera vez que nos muestra su buen corazón. Y también su generosidad y humildad, cosa rara en los futbolistas. El verano del 2020, Keita conoció casualmente, la situación dramática de los temporeros senegaleses que trabajaban en la campaña de recolección de la fruta, con el desgaste físico que sufrían estos trabajadores que comían mal y que a menudo dormían en la calle. Keita, cuando supo la situación de sus compatriotas, lloró. Pero no se quedó cruzado de brazos. Telefoneó a Nogay Ndiaye, de la Asociación “Fruita amb Justícia Social”, un colectivo que ayuda a los trabajadores del campo de las comarcas de Lleida yse ofreció a pagar el alojamiento de doscientos temporeros durante cuatro meses.

Si la generosidad de Keita fue grande, aún lo fue más su humildad, ya que pidió a los activistas de “Fruita amb Justícia Social”, que no se supiese que él estaba detrás de esta acción. Por diversos motivos, los temporeros de la fruta no pudieron alojarse en los hoteles que Keita Baldé se había comprometido a pagar. Y ante este contratiempo, y para denunciar la situación que sufrían los trabajadores de Senegal, el jugador hizo público su compromiso a pagar el alojamiento de sus compatriotas mientras durar la campaña de recolección de la fruta.

Cuando el presentador del programa “Els Matins de TV3” le recordó su acción de hace dos años con los temporeros senegaleses y qué lección podía sacarse, Keita Baldé le respondió que lo importante de la vida era “ser buenas persones” y “tener un corazón bueno”.

No sé si Keita Baldé es cristiano o no lo es. Pero sus palabras, exhortando a ser buenas personas, a ayudar a los demás y a tener un corazón bueno, lo convierten, de hecho, en un testigo del Evangelio. Y es que Jesús nos pide que seamos “buenos del todo, como lo es vuestro padre celestial” (Mt 5:48).

Cuando a menudo nos quejamos, con razón, que el mundo del fútbol nos muestra jugadores con una vida frívola y superficial, que solo buscan la fama y el dinero, el ejemplo de este joven de Arbúcies (aunque hace tiempo que ya no vive en esta localidad) nos hace ver que también en el fútbol existen personas honestas, sacrificadas y solidarias. Keita Baldé es un ejemplo de generosidad y de humildad. Y creo que los más jóvenes, que siempre se reflejan y miran con admiración a los futbolistas, harían bien en imitar a este joven que tiene un corazón bueno.