"Una solicitud y un trato que habrían de ser, en nuestro mundo, signos de una nueva manera de ser y de hacer" La humanidad de la Regla de San Benito
"Hace unos días, en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, (invitado por el profesor Diego Solà), hice una conferencia sobre la Regla Benedictina"
"Este curso, coordinado por los doctores Diego Solà y Albert Viciano y la doctora Mariela Fargas, se está celebrando desde el pasado mes de febrero y acabará el próximo mes de mayo"
"Quise subrayar lo que para mí está en la base de esta obra: la gran humanidad que encontramos en este texto, y que según creo es lo que lo hace hoy actual y plenamente vigente. Y no solo para los monjes"
"La solicitud y el trato de la Regla habrían de ser, en nuestro mundo, signos de una nueva manera de ser y de hacer, en una sociedad donde, desgraciadamente, como ha dicho el papa Francisco, hemos globalizado la indiferencia"
"Quise subrayar lo que para mí está en la base de esta obra: la gran humanidad que encontramos en este texto, y que según creo es lo que lo hace hoy actual y plenamente vigente. Y no solo para los monjes"
"La solicitud y el trato de la Regla habrían de ser, en nuestro mundo, signos de una nueva manera de ser y de hacer, en una sociedad donde, desgraciadamente, como ha dicho el papa Francisco, hemos globalizado la indiferencia"
Hace unos días, en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, (invitado por el profesor Diego Solà), hice una conferencia sobre la Regla Benedictina. Esta lección, de dos horas de duración, formaba parte del Curso de Historia Espiritual de Occidente, dirigido a estudiantes de grado y público en general, con el objetivo de ofrecer una formación en historia de la cultura religiosa del mundo occidental, desde la Antigüedad hasta la Época Contemporánea, con una mirada especial al periodo medieval y moderno (siglos VI al XVIII).
Entre los profesores que participan en este curso (organizado por el Area de Historia Moderna de la UB y por la Facultad Antoni Gaudí de Historia, Arqueología y Artes Cristianas del Ateneu Universitari Sant Pacià), además del Dr. Solà, encontramos al Dr. Jaume Angelats (a quien pude saludar aquella tarde en su despacho), el Dr. Albert Viciano o los Dres. Elisabeth Garcia y Araceli Rosillo, entre otros.
Este curso, coordinado por los doctores Diego Solà y Albert Viciano y la doctora Mariela Fargas, se está celebrando desde el pasado mes de febrero y acabará el próximo mes de mayo, con las clases que se imparten, de manera alternativa, en la Facultad de Geografía e Historia, situada en la calle Montalegre de Barcelona, y en el Ateneu Universitari Sant Pacià.
El profesor Diego Solà, doctor en Historia Moderna por la Universidad de Barcelona y profesor e investigador en la Facultad de Geografía e Historia, me pidió que participara en este curso para que diese conocer a los alumnos la Regla de San Benito (un texto muy desconocido fuera del ámbito monástico) y su vigencia y actualidad, hoy, quince siglos después que el padre de los monjes de Occidente le escribiese.
Además de hacer una relectura rápida del Prólogo y de los capítulos más importantes de la Regla, quise subrayar lo que para mí está en la base de esta obra: la gran humanidad que encontramos en este texto, y que según creo es lo que lo hace hoy actual y plenamente vigente. Y no solo para los monjes. Una humanidad que encontramos en la solicitud del abad o del ecónomo por los pobres, por los enfermos, los huéspedes y los monjes.
También encontramos la humanidad de la Regla,en la relación mutua entre nosotros, los monjes, con un trato que el padre de los monjes pide que sea muy humano, atento y afable. Así lo vemos, por ejemplo, en el capítulo 72, cuando San Benito exhorta a los monjes a practicar el buen celo “con un amor ferventísimo, a honorarse los unos a los otros”, a que el monje no busque “lo que l parezca útil para él, sino más bien aquello que lo sea para los demás” y a “practicar desinteresadamente la caridad fraterna”, que nos muestra, una vez más, la gran humanidad de la Regla.
Como decía hace unas semanas el P. abad Manel Gasch en el Círculo de Economía, en Barcelona, la estabilidad montserratina a lo largo de casi mil años de vida, y por lo tanto la fidelidad a un lugar concreto (correspondida por la fidelidad de un pueblo peregrino), es un hecho que, según creo, también es una muestra de humanidad en un mundo cambiante, caduco e inestable, donde a menudo la gente vive desenraizada y desorientada, sin puntos de referencia.
La humanidad de la Regla se nos muestra aún en el capítulo cuatro, (los instrumentos de les buenas obras), cuando el padre de los monjes de Occidente nos pide “socorrer a quien pasa tribulación, consolar al afligido, no guardar resentimiento, decir la verdad con el corazón y con la boca, no odiar a nadie, huir de l altanería”. O también en la solicitud del abad por los excomulgados, en el capítulo veintisiete o la del monje enfermero (que ha de ser diligente y solícito) por los enfermos, que encontramos en el capítulo treinta y seis.
Esta humanidad y solicitud de la Regla se ve plasmada de una manera concreta, cuando un monje tiene a su hermana o hermano enfermo o a su padre o madre, sin nadie más que pueda cuidar de este familiar suyo. Por eso el monje se hace cargo de la atención del hermano o del padre, como prueba de la solicitud y del trato atento que San Benito pide a los monjes. Una solicitud y un trato que habrían de ser, en nuestro mundo, signos de una nueva manera de ser y de hacer, en una sociedad donde, desgraciadamente, como ha dicho el papa Francisco, hemos globalizado la indiferencia.
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