El cardenal de Madrid presentó “Una verdadera cascada de luz”, el libro oficial de la JMJ Rouco: “Hay que llevar a los jóvenes esperanzas e ilusión, fortaleza y creatividad”
(Jesús Bastante).- 302 páginas, 224 fotografías, algunas de ellas espectaculares, que conforman un espléndido recuerdo de lo que se vivió durante la JMJ. Junto a ellas, todos los discursos del Papa y una crónica de aquellos días. Éste es el resultado de "Una verdadera cascada de luz" (Edice), el libro oficial de la JMJ de Madrid 2011 que esta mañana ha presentado el cardenal Antonio María Rouco Varela en la sede del Arzobispado.
El cardenal -que no aceptó preguntas que no se refirieran a la JMJ- acabó firmando ejemplares del libro, que recoge todos los recuerdos, emotivos y vívidos, de unos días que supusieron un auténtico éxito de público y que, nueve meses después, todavía no han fructificado como muchos esperaban. "La JMJ es de la Iglesia entera. Habría que preguntar a los obispos de todo el mundo" recalcó Rouco, quien insistió en que "los efectos de la acción del Espíritu siempre son de largo recorrido, no son acontecimientos mediáticos ni efectistas". Aun así, la diócesis está preparando la llamada "Misión Madrid", con la intención de "llevar esa esencia de lo que es ser cristiano, que es el encuentro con el Señor, y suscitar la vida que viene de Él".
Y es que, en opinión del cardenal, "la historia siempre es camino y sólo se logra la plenitud de esos efectos cuando se acaba esa historia".
Apenas habló Rouco de la situación actual, pero sí alertó de que "vivimos un momento en el que el hombre es capaz de destruirse a sí mismo. Tenemos esa capacidad técnica, y eso no había ocurrido nunca en la historia. Vosotros sois muy jóvenes, mi generación vivió toda la II Guerra Mundial. La situación está así: si todos los arsenales sueltan todos los misiles almacenados en el mundo, se ha acabado. Dios quiera que no sea así". Sí que es necesario, añadió, "llegar a todos los jóvenes, que tienen debilidades y necesidad de aclararse en lo esencial. Hay que llevarles esperanzas e ilusión, fortaleza y creatividad, buscar con ellos nuevos horizontes".
El presidente del Episcopado definió la JMJ como "una cascada de luz". Si uno se adentra en el alma del libro, en sus fotografías, "nos encontramos con un acontecimiento del Espíritu", una suerte de "Pentecostés, una expresión de la nueva evangelización vivida". "El mayor fruto de la JMJ es que nos ha enseñado a toda la Iglesia un camino para llevar a Cristo a los jóvenes en el mundo".
Para Rouco, la juventud que vino a Madrid en aquellos días de agosto "era católica en el más amplio sentido, pero también en el sentido más descriptivo de la expresión, más sociológico. Han venido de todos los rincones de la Tierra. Esa lección es una de las primeras que se pueden extraer de la JMJ". Y con un objetivo. "llevar a Jesús a todos los jóvenes, no sólo desde las estadísticas, sino también desde el punto de vista interno, sea cual sea la situación personal. Hoy hay casos dramáticos, y no hay que ir al Vietnam o donde surgían las grandes batallas de aquel momento. Europa también tiene hoy problemas, y graves, y ante eso debemos llevar a todos a Cristo, que es llevar luz, camino, futuro y perspectiva".
Isidro Catela presentó el evento, recordando a los miles de voluntarios que se sacrificaron para que los dos millones de jóvenes que llegaron a la capital de España durante aquellos días de agosto tuvieran resueltos todos los problemas.
Yago de la Cierva, quien fuera el máximo responsable de la JMJ, recordó el momento en que, en Cuatro Vientos, el cielo golpeó con furia en forma de tormenta. "Los que trabajamos en la JMJ estamos orgullosos por la gente que nos ha dicho que ha cambiado su vida". La organización pidió a todos los fotógrafos acreditados que enviaran dos o tres imágenes que sacaron durante aquellos días. "Las imágenes son las protagonistas del libro", apuntó De la Cierva. Por su parte, Inmaculada Galván incidió en que "la JMJ ha sido un acontecimiento único. Madrid fue el centro del mundo durante aquellos días".