Percanezcamos despiertos (1Te 5,6)
El pasado 3 de diciembre tuvimos el «Encuentro bíblico de Adviento», organizado por la Escuela de Animación Bíblica de Barcelona.
Comenzamos por una Lectio divina, dirigida por Quique Fernández. Después de este acto y de la Eucaristía, hubo dos temas sobre la esperanza en el Antiguo y el Nuevo Testamento, que compartiremos en sucesivas entregas. Ahora os proponemos un momento de oración con la Palabra de Dios.
LECTIO DIVINA - A la espera del Salvador (Lc 2, 22-40)
TEXTO (del Evangelio de Lucas 2,22-40
LECTIO (qué dice el texto)
1. Lectura
2. Lectura personal
3. Lectura comprensiva
- Los padres de Jesús, María y José, celebran el culto de Israel, pero lejos de hacer un culto vacío, como el que los profetas habían denunciado y, aún entonces, se seguía practicando, ellos llenan el culto de su verdadera significación: ponen a Jesús en él.
- El anciano Simeón espera la consolación de Israel, pero no hace de la espera un sinónimo de vacía quietud.
Nos cuenta el evangelista que era un anciano justo y piadoso.
Esperaba practicando la justicia y orando a Dios.
- Justicia y oración son las que le permiten reconocer la salvación, al Hijo de Dios, cuando se le presenta delante de él.
- Pero lejos de quedarse “satisfecho como un iluminado”, proclama que esa luz que ilumina y salva es para todos
- La profetisa Ana esperaba la redención.
¿Cómo lo hacía? Sirviendo a Dios día y noche, con una vida austera y llena de oración.
- Jesús creció en este ambiente de culto lleno de sentido, de esperanza activa que practica la justicia y la oración y, tal como dice, llenándose de sabiduría.
MEDITATIO (qué me dice Dios)
1. Me pregunto
¿Mi culto, mi participación en las celebraciones, especialmente en la Eucaristía, pero también en Bautismos o Matrimonios, está lleno de sentido, es decir, lleno de Jesús?
¿Mi esperanza está puesta en el Señor y no en las cosas del mundo? ¿Mi esperanza es activa, practicando la justicia, la solidaridad?
2. Silencio/Escucha
3. Canto
ORATIO (qué le digo a Dios)
1. Me propongo
- Ser coherente: si afirmo que Jesús da sentido a mi vida, entonces no puedo colocarlo en segundo término, ni poner mi confianza en “dioses” baratos que otorgan “baratas felicidades”.
2. Silencio/Escucha
3. Oraciones espontáneas
CONTEMPLATIO / ACTIO (me comprometo)
1. Me comprometo
- Llenar de sentido mi participación en la vida celebrativa de la Iglesia: conocer más la Palabra de Dios, hacer oración con ella, dejar que ilumine mis decisiones y actividades
2. Silencio /Escucha
3. Conclusión
- ¿Cómo va a ser mi Adviento?
¿Lo habrá o dejaré que me lo hagan desaparecer un año más?
La solución es hacer del Adviento un tiempo de esperanza, de espera activa comprometida con la justicia y de oración esperanzada en Jesús.
- ¿Cómo va a ser mi Navidad?
¿El consumismo y el culto vacío manipularan su verdadero sentido?
La solución está en llenar de Jesús, de los valores del reino, el culto que le damos y acompañarlo, de forma imprescindible, de solidaridad con el hermano más débil y necesitado.
4. Padrenuestro y Canto
Quique Fernández
Comenzamos por una Lectio divina, dirigida por Quique Fernández. Después de este acto y de la Eucaristía, hubo dos temas sobre la esperanza en el Antiguo y el Nuevo Testamento, que compartiremos en sucesivas entregas. Ahora os proponemos un momento de oración con la Palabra de Dios.
LECTIO DIVINA - A la espera del Salvador (Lc 2, 22-40)
TEXTO (del Evangelio de Lucas 2,22-40
22.Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor,
23.como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor
24.y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones , conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
25.Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.
26.Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.
27.Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él,
28.le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
29.«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;
30.porque han visto mis ojos tu salvación,
31.la que has preparado a la vista de todos los pueblos,
32.luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»
33.Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.
34.Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción
35.¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»
36.Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido,
37.y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones.
38.Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
39.Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
40.El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él.
LECTIO (qué dice el texto)
1. Lectura
2. Lectura personal
3. Lectura comprensiva
- Los padres de Jesús, María y José, celebran el culto de Israel, pero lejos de hacer un culto vacío, como el que los profetas habían denunciado y, aún entonces, se seguía practicando, ellos llenan el culto de su verdadera significación: ponen a Jesús en él.
- El anciano Simeón espera la consolación de Israel, pero no hace de la espera un sinónimo de vacía quietud.
Nos cuenta el evangelista que era un anciano justo y piadoso.
Esperaba practicando la justicia y orando a Dios.
- Justicia y oración son las que le permiten reconocer la salvación, al Hijo de Dios, cuando se le presenta delante de él.
- Pero lejos de quedarse “satisfecho como un iluminado”, proclama que esa luz que ilumina y salva es para todos
- La profetisa Ana esperaba la redención.
¿Cómo lo hacía? Sirviendo a Dios día y noche, con una vida austera y llena de oración.
- Jesús creció en este ambiente de culto lleno de sentido, de esperanza activa que practica la justicia y la oración y, tal como dice, llenándose de sabiduría.
MEDITATIO (qué me dice Dios)
1. Me pregunto
¿Mi culto, mi participación en las celebraciones, especialmente en la Eucaristía, pero también en Bautismos o Matrimonios, está lleno de sentido, es decir, lleno de Jesús?
¿Mi esperanza está puesta en el Señor y no en las cosas del mundo? ¿Mi esperanza es activa, practicando la justicia, la solidaridad?
2. Silencio/Escucha
3. Canto
ORATIO (qué le digo a Dios)
1. Me propongo
- Ser coherente: si afirmo que Jesús da sentido a mi vida, entonces no puedo colocarlo en segundo término, ni poner mi confianza en “dioses” baratos que otorgan “baratas felicidades”.
2. Silencio/Escucha
3. Oraciones espontáneas
CONTEMPLATIO / ACTIO (me comprometo)
1. Me comprometo
- Llenar de sentido mi participación en la vida celebrativa de la Iglesia: conocer más la Palabra de Dios, hacer oración con ella, dejar que ilumine mis decisiones y actividades
2. Silencio /Escucha
3. Conclusión
- ¿Cómo va a ser mi Adviento?
¿Lo habrá o dejaré que me lo hagan desaparecer un año más?
La solución es hacer del Adviento un tiempo de esperanza, de espera activa comprometida con la justicia y de oración esperanzada en Jesús.
- ¿Cómo va a ser mi Navidad?
¿El consumismo y el culto vacío manipularan su verdadero sentido?
La solución está en llenar de Jesús, de los valores del reino, el culto que le damos y acompañarlo, de forma imprescindible, de solidaridad con el hermano más débil y necesitado.
4. Padrenuestro y Canto
Quique Fernández