Atentado fallido contra una iglesia.

Se siembran vientos y se van a recoger tempestades. El domingo pudo arder una iglesia en Madrid. Como en 1931, como en 1934, como en 1936. Se ve que se les está avivando la memoria. Pues mejor sería que permaneciera dormida.

Tanta campaña contra la Iglesia conduce a que algunos descerebrados quieran volver a incendiar los templos. El legado de Zapatero no va a ser sólo una ruina económica. También una ruina moral. Hambre, muerte, faltaban los incendios de las iglesias. Ya se anuncian.

Ayer oía al párroco de Majadahonda en Intereconomía. Ví que era un sacerdote muy conocido en Caná. Y se le notaba la escuela. Simpático, brillante, inteligente, prudente... Cierto que Don David prometía no poco cuando pasó por Pozuelo. Ya no es una promesa. Y espero en Majadahonda un Pozuelo IV. Está en la primera fase. La del barracón. Que por lo que veo ya se llena. Llegará la iglesia. Porque ya existe la parroquia. Como Don David es un chico listo llegó, vio, aprendió y copió. Parece que con excelentes resultados.

He llamado a Majadahonda Pozuelo IV porque ya hay un II en Galapagar y un III en Navacerrada. Me critican mi vanidoso prurito de dar lecciones a los obispos desde esta torre. Pues como cada día me crezco más ya hasta a mi cardenal. Don Antonio María, es usted uno de los pocos obispos que todos los años experimenta la ínmensa alegría de ordenar a numerosos sacerdotes. Los ha formado muy bien en su seminario pero les falta una asignatura importantísima. Semestral. Y es usted el único que puede imponerla. Se asombraría de los resultados. Todo ordenado, antes de que los mande a los destinos que considere oportunos, seis meses en Caná. A ver, aprender y copiar.
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