En Colombia no se enteran. Pues podrían espabilar algo.

Yo sé poco de Victorino Pérez Prieto, sacerdote de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol que dejó el ministerio para unirse a una señora. Aunque lo poco que sé no me gusta nada.

Cuenta él mismo en Vieiros que acaba de hacer un viaje a Colombia por motivos académicos. Iba a participar en un tribunal de tésis doctoral. Como supongo que será doctor en algo no tengo nada que objetar a que algún amigo le llame para juzgar la tesis de un doctorando. Ellos sabrán la mesa que constituyen. Seguro que las ha habido mucho peores.

No tengo nada que objetar, digo, en una universidad civil. En una de la Iglesia ya es mucho más raro que llamen a un sacerdote casado, que hasta hace poco no estaba secularizado y que había contraído matrimonio civil. Si ha regularizado canónicamente su situación, cosa que me alegraría por la salvación de su alma, sigue pareciéndome extraño que los jesuitas tengan que recurrir al señor Pérez Prieto para formar tribunal.

Mi asombro crece si además le encomiendan un curso de postgrado en Teología y varias conferencias más. En la Javeriana y en la también universidad católica de La Salle. Y la participación en un encuentro de Pastoral Universitaria de la Conferencia Episcopal colombiana. Todos quedaron encantados con Pérez Prieto y en especial los que asistieron a su conferencia: ¿Una espiritualidad ecológica que llama a una nueva manera de concebir a Dios y al Mundo y a nuestra relación con ambos?. También fue gratísimo, siempre según Pérez Prieto, el encuentro con las mujeres del grupo Telogía y género, muchas de ellas profesoras en la jesuítica universidad Javeriana.

En Guacamayas presidió la Eucaristía y en Medellín dio una conferencia sobre Espiritualidad y Mística hoy y participó en una mesa redonda en el centro jesuita Fe y Culturas

¿Qué quieren que les diga? Como poco que hay mucho despistado en la Iglesia de Colombia. O mejor mucho idiota.
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