La Iglesia, maestra en tantas cosas, parece que ahora quiere serlo también en hacer el indio. El cabildo de la catedral de Santiago, aquel que quiso retirar la estatua de Santiago Matamoros y a poco le corren a cantazos por las ruas compostelanas, pide ahora que por lo de la dichosa gripe no se bese la imagen del Apóstol. Cosa que por otra parte sólo hacen los ignorantes pues al Apóstol se le abraza y no se le besa.
Si a eso unimos lo de no dar la comunión en la boca, no estrechar la mano en la paz sino hacer una inclinación de cabeza, como si fuéramos japoneses, suprimir procesiones y hasta misas y ver a monjas con mascarilla en una iglesia, que ya las hemos visto, sería como para pensar que en la Iglesia el número de retrasados mentales prolifera mucho más que en otros ambientes.
Hasta el momento han muerto por la gripe A en España menos personas que cualquier fin de semana por accidentes de tráfico. Y a nadie se le ha ocurrido prohibir la circulación de automóviles. ¿Van a cerrar también los cines, los campos de fútbol, los hospitales, los ascensores? ¿Suprimir el transporte público? ¿No abrir los colegios? ¿Los novios dejarán de ir cogidos de la mano? ¿Se multará el morreo? ¿Desaparecerán los puticlubs?
Lamento muchísimo que en el ranking de la estupidez gripal la Iglesia ocupe el primer lugar. Y que lo único que se termine suprimiendo sea la misa. Seguro que a unos cuantos les encantaría pero que lo ofrezca la Iglesia me parece pasarse en la tontunez.