La Iglesia en Francia (III)

2º/La configuración actual del episcopado podría dibujarse así (en el entendimiento de que toda etiqueta puede discutirse y toda categoría atenuarse):

a) Ratzingerianos, más o menos valientes:

-Los más prometedores: Rey (Toulon), de quien ya hemos hablado; Aillet (Bayona), de la Comunidad Saint-Martin, exvicario general de monseñor Rey; Scherrer (Laval), procedente de los seminarios "identitarios" de Paray-le-Monial y St-Luc en Aix-en-Provence; La Saux (Le Mans), de la comunidad de l'Emmanuel.

Los buenos pero...: Cattenoz (Avignon), muy próximo al grupo Rey pero de carácter complicado; Fort (Orleans), el mejor hombre del mundo, considerado como uno de los más tradicionalistas del episcopado francés, que querría querer (tiene en su diócesis el seminario en el que el cuerpo docente es el más progresista de Francia); Le Vert (Quimper), inteligente, había cuidadosamente olvidado que había antes formado parte de la Comunidad Saint-Martin y ahora se acuerda algunas veces; Legrez (Saint-Claude), dominico muy piadoso, que tiene que hacer frente a la revuelta de sus sacerdotes; Lebrun (Saint-Etienne), procedente del MJCF (las "Juventudes Lefebvristas); Centène (Vannes), promocionado por monseñor Fort, de quien fue canciller en Perpignan, pero que se ha dejado atrapar por sus colaboradores y que no se atreve a casi nada.

Los clásicos: el cardenal Ricart (Burdeos), que fue sacerdote progresista en Marsella después del 68 pero convertido, hasta el punto de ser el único miembro francés de la Comisión Ecclesia Dei, con uno de los seminarios más aceptables de Francia, que permitió la fundación del Instituto del Buen pastor en su diócesis y que mantiene abiertamente el diálogo con los lefebvristas de Burdeos -habría llegado a arzobispo de París si el cardenal Lustiger no hubiese convencido al cardenal Ratzinger de que diera su apoyo a monseñor Vingt-Trois; Planet (Carcasonne), hombre inteligente procedente del medio que se denominó "integristas Pablo VI", encargado en el episcopado de la cuestión tradicionalista; Turini (Cahors); Delmas (Angers), enfermizamente tímido pero muy caritativo, exvicario general de monseñor Turini; Germiny (Blois), exsecretario del cardenal Lustiger, aristócrata, excelente montero. Ginoux (Montauban), muy afable

-Los conservadores de la generación Juan Pablo II. Formaban, con monseñor Lagrange, obispo de Gap, una hornada de conservadores nombrados por el nuncio Felici a fines de los años 80. Bagnard (Belley-Ars), cuyo seminario está hoy en vías de extinción, ha sido uno de los más significados bajo Juan Pablo II; Brincard (Le-Puy-en-Velay), intelectual tomista brillante; Monleon (Meaux), el primer obispo carismático. Los tres viven aterrados de que les tengan por integristas.

Los "podrían hacerlo mejor": Rivière (Autun), Castet (Luçon), que no consigue dominar a sus vicarios generales; el cardenal Barbarin (Lyon, Primado de las Galias), niño mimado del nuncio Baldelli, al comienzo de su pontificado era totalmente imprevisible, hoy, enfermo y cansado, no da mucho que hablar; Sankalé (Niza), que prometía mucho pero que no se encuentra a gusto en su pellejo.

b)Obispos "progresistas" (centro-izquierda), entre los que hay algunos muy inteligentes y activos, salidos del mundo eclesiástico "sesenta y ochesco" recentrado.

Los "todo lo saben": Simon (Clermont), extraordinariamente activo, vicepresidente de la Conferencia episcopal; Rouet (Poitiers), obispo emblemático de esta tendencia que intenta organizar un modelo de Iglesia sin sacerdotes; Dubost (Evry), menos señalado que los dos precedentes, muy duro.

Los hiperactivos: Bouilleret (Amiens), perseguidor del lefebvrismo y perseguido por él (dicen misa todos los domingos desde hace un año delante de su catedral porque él no quiere dejarles una iglesia); Pican (Bayeux), que apenas tiene sacerdotes y expulsa a los que se atreven a introducir algo de latín en sus misas, acaba de sufrir un ataque cerebral; Gardès (Auch).

Los ideólogos, que son como los tradicionalistas del "espíritu del Concilio"·: Daucourt (Nanterre), el obispo de los pobres y de los "heridos por la vida" ( salvo que sean de derechas); Jaeger (Arras), Nourrichard (Evreux), Marceau, que saboteó en Perpignan todo lo que había hecho su predecesor, monseñor Fort, Grua (Saint-Flour), hombre de diálogo en una diócesis desierta, Garnier (Cambrai), especialista en la acogida de divorciados vueltos a casar; Deniau (Nevers), que cree en un cierto sentido en la divinidad de Cristo, Papin (Nancy), muy apreciado por el clero "sesenta y ocho", Maillard (Bourges), el "espíritu del Concilio" personificado.

Los descoloridos: P. Ballot (Chambéry), Grallet (Estrasburgo), Mousset (Pamiers), progresista no mala persona que rige apenas un puñado de sacerdotes, Feidt (Aix-en-Provence), Kalist, nuevo obispo impuesto en Limoges por el clan Simon, Pontier (Marsella), Roland (Moulins), Jacolin (Mende), Raffin (Metz).

c) En fin, los "tercera vía" muy diversos que forman una especie de maraña alrededor del presidente Vingt-Trois

El cardenal Vingt-Trois. Inteligencia pragmática, fiel entre los fieles de Jean-Marie Lustiger, su confidente apaciguador durante treinta años hasta que fue promovido al arzobispado de Tours en 1999. De una ironía muy desconcertante, hermético, todo lo escucha y todo lo registra, hombre de autoridad y de poder. Sus antiguos alumnos del seminario de Issy-les-Moulineaux decía de él que, como Maurras (al que odia), André Vingt-Trois no creía en Dios pero sí en la Iglesia. Lo que es sin duda algo exagerado. Arzobispo de París en 2005, cardenal en 2007, llegó este mismo año a la presidencia de la Conferencia episcopal francesa, lo que no había conseguido ser Jean-Marie Lustiger pese a haber "engendrado" una tercera parte de los obispos de Francia. Vingt-Trois ha llegado a ser el patron de los obispos franceses por dos razones: Es el obispo de la única diócesis que parece todavía "ir bien", en sus finanzas, número de sacerdotes... Y además parece capaz de oponerse a la tentación romana de ceder demasiado a los tradicionalistas.

Los "podrían hacerlo mejor", difíciles de distinguir de aquellos que hemos caracterizado con el mismo nombre en el apartado a): Perrier (Tarbes y Lourdes), persona de cualidades que fue uno de los competidores de Vint-Trois para París; Aumonier (Versalles), que tiene la diócesis de Francia en la que es mayor la concentración de tradicionalistas y que, sin embargo, no le ha hecho adoptar la pastoral de monseñor Rey sino que se alinea con el cardenal de París; Breton (Aire et Dax), parisino del distrito XVI que sufre mucho en su lejano y rural obispado; Minnerath (Dijon), un intelectual clásico que, secretario del Sínodo sobre los sacerdotes, habló en favor de la ordenación de hombres casados; Thomazeau (Montpellier), obispo-hombre de negocios (en quiebra); Le Gall (Toulouse), ex abad benedictino de Kergonan que ha conseguido ahogar el Motu Proprio Summorum Pontificum aunque por otra parte es un obispo conservador, el único que se ha atrevido a nombrar párroco a un sacerdote del Opus Dei, lo que provocó una oleada de protestas de los viejos socialistas antifranquistas de su diócesis; Aubertin (Tours), obispo que no emprende nada, no dice nada, no piensa nada.

Los "no malos": Herbreteau Agen), Carré (Albi), Pansard (Chartres), considerado cuando su promoción muy progresista pero que se está revelando como un casi conservador; Lalanne (Coutances), Santier (Créteil), Riocrieux (Pontoise), bastante inclasificable, Descubes (Rouen)

Los penosos: Dagens (Angulema), salido de los intelectuales de la revista Communio, elegido, no se sabe por que para la Academia Francesa, seguramente por la obra de su vida, una "rapport Dangens" que postula una "sana laicidad" que permitiría un cierto lugar a una Iglesia discreta en una democracia amable; Di Falco (Gap), el obispo fotogénico; Housset (La Rochelle), persona de tristón aspecto; el frío Ulrich (Lille), del género Vingt-Trois pero una brizna más a la izquierda, vicepresidente de la CEF, Jordan (Reims), llamado "J'ordonne" (Yo ordeno), que fue uno de los secretarios del cardenal Villot, visceralmente antitradicionalista; D'Ornellas (Rennnes), muy parecido al anterior pero en estilo parisino y tan autoritario que como obispo auxiliar de París consiguió la unanimidad en su contra.

Los RAS (Rien a signaler) (Nada que señalar), a veces difíciles de distinguir de los progresistas descoloridos: Mouïsse (Perigueux), Ghirard (Rodez), Boulanger (Sées), de difícil carácter, Patenôtre (Sens), Giraud (Soissons), Brunin (Ajaccio), Boivineau (Annecy), Schockert (Belfort), Lacrampe (Besançon), Louis (Châlons-en-Champagne), Loizeau (Digne), De Kérimel (Grenoble), Guéneley (Langres), Guyard (La Havre), Wattebled (Nîmes), Fruchaud (Saint-Brieuc), Delannoy (Saint-Denis), Mathieu (Saint-dié), Stenger (Troyes), Cahrrier (Tulle), Lagleize (Valence), Maupu (Verdun), Blondel (Viviers) y James nombrado obispo de nantes para castigar a Papin, de Nancy, que hubiera querido serlo.

(Concluirá)
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