La Iglesia de Masiá no es la católica. No lo digo yo, lo dice él.

Todo texto de este pintoresco jesuita es sorprendente. Por su abierto desacuerdo con lo que la Iglesia dice. El que leo hoy, en su Blog, es si cabe todavía más descarado.

Por supuesto que el señor Masiá puede opinar lo que quiera. Lo que es extraño es lo que dice como sacerdote católico y miembro de la Compañía de Jesús. El último documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe le parece infumable. Y también la Dominus Iesus. Infumable. Así.

No entiendo, por pura coherencia, e incluso por honestidad, que hace en una Iglesia tan infumable. Aunque tampoco entiendo como esa Iglesia no le ha puesto en la calle. Aquí parece que todos juegan al dislate menos los pobres fieles que no entienden nada.

¿Puede sobrevivir una empresa en la que los de abajo no obedecen a su directivos y estos no se atreven a decir nada a quienes un día sí y otro también les ponen a parir?. Y con altavoces.

Forzosamente tiene que ser la Esposa de Cristo y contar con la protección divina. En otro caso estaría muerta y enterrada.

A mí Masiá me parece infumable como sacerdote, como jesuita y como católico. No tendría nada que decirle si fuera protestante, agnóstico o fundador de la Iglesia masiana.

Pero hay otros que me parecen casi más infumables. Su provincial y su general que lo toleran. Nuestra Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe. La Congregación romana del mismo nombre. La de Religiosos... Sería como para mandarles a todos a hacer puñetas. Y si se quieren reir que lo hagan de su señoras madres.

Pero, qué le vamos a hacer. A mí Masiá no me va a echar de la Iglesia. Lo que no entiendo es como no le han echado todavía a él.
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