¿Va a ser reprobadoTorres Queiruga por sus opiniones teológicas?
Siempre he sostenido que un sacerdote católico debe expresar la fe de la Iglesia y no doctrinas contrarias a la misma. Y que en la Iglesia la autoridad para definir lo que es católico la tienen sólo el Papa y los obispos. Los demás no definimos aunque podamos constatar. Si la Iglesia dice A y el teólogo N dice B cualquiera pude señalar la discrepancia. Cierto que puede haber cuestiones muy complejas que no estén al alcance de la mayoría de los fieles. Pero gran parte de ellas son muy sencillas: la resurrección de Cristo, su divinidad, la virginidad de María, la presencia real, el infierno, el pecado, la autoridad en la Iglesia, el ministerio sacerdotal...
Todo ello, y más, ha sido cuestionado por determinados clérigos y laicos que además pretenden que sus elucubraciones son la verdadera fe y no las irracionalidades que la Iglesia se empeña en sostener. En daño evidente de las creencias de no pocos que son engañados por la novedad o por el carácter eclesiástico de los que eso sostienen.
Yo defiendo absolutamente el derecho de Torres Queiruga a pensar lo que le dé la gana y a exponerlo. Y el de el que quiera a aceptarle. Pero si lo que dice no es católico no puede decirlo como sacerdote católico. Y es derecho de los obispos el juzgarlo. Si nuestros pastores declaran que lo que propone el teólogo gallego no es conforme con la fe de la Iglesia sus proposiciones serán arrianas, protestantes queirugianas o lo que se quiera pero no serán católicas. Y todo el que quiera podrá aplaudirle o seguirle pero no como católico.
Me parece que esa clarificación es hoy absolutamente necesaria. Los fieles sabrán a que atenerse y otros en esa línea se lo `pensarán antes de proponer sus opiniones.
Lo que no entiendo es hacer cuestión de no haberse hablado con el interesado. Eso habrá que hacerlo cuando no hay constancia clara de si ha hecho unas determinadas declaraciones o si en ellas cupiera una interpretación compatible con la fe. Pero si estamos ante textos que evidentemente no se compadecen con la doctrina de la Iglesia la conversación con el interesado me parece tan inútil como reclamar la partida de defunción de Franco. Es algo así como si para afirmar que Florentino Pérez sea el presidente del Real Madrid hubiera que llamarle previamente para que manifieste si lo es o no.
No sé si en esta semana o en la siguiente se va a producir una declaración episcopal sobre las opiniones de Torres Queiruga. Aunque si lo dice José Manuel Vidal no lo dice un cualquiera. De información eclesial sabe un rato. Y tengo la impresión de que más de una barba se ha puesto hoy a remojo. Por si acaso.
Llevo mucho tiempo pensando que la fe del sacerdote gallego no es la de la Iglesia. Pero mi opinión vale muy poco. Puedo estar equivocado. Pero si lo declarasen los obispos, en el ejercicio de su ministerio, eso va a misa. Y todos los católicos sabremos a que atenernos.