Los obispos de Cataluña acaban de desautorizar las posiciones del Instituto Borja de Bioética, responsabilidad de jesuitas, hermanos de San Juan de Dios y un escolapio, al ser contrarias a la doctrina de la Iglesia sobre el aborto. Comentamos la noticia hace unos días y felicitamos a los obispos por cumplir con su deber.

Pero en este desbarajuste absoluto que es nuestra Iglesia nos encontramos con que hoy la directora del ese lamentable Instituto iba a dar una conferencia en Manresa, diócesis de Vich, sobre el aborto, invitada por la delegación de pastoral universitaria. Dado lo que piensa el citado Instituto era de aurora boreal. Los obispos salen abiertamente a desautorizar sus opiniones e invitan a su directora a que se las cuente a sus fieles.

Pero el obispo de Vich, Don Román Casanova ha hecho algo a lo que no estaban acostumbrados estos rompedores de la comunión eclesial. Y dijo que de la conferencia naranjas de la china. Con lo que se les hundió el chiringo.

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Tenía el mejor de los conceptos del obispo de Vich y hoy me reafirmo en él. No se ha dejado tomar por el pito del sereno. Muy bien, señor obispo. Seguro que antes de organizar otra astracanada se lo van a pensar. Por si acaso.

No me voy a meter en decirle como tiene que llevar Don Román la diócesis que eso es cosa suya. Y lo está haciendo muy bien pese a enormes dificultades, con calumnias levantadas contra él incluidas. Pero ¿no cree, señor obispo, que ese delegado de pastoral universitaria, no sé si por tonto o por malo, debería cambiarse? Aunque tal vez después de tan clamorosa desautorización él mismo toma las de Villadiego. Si tuviera un mínimo de dignidad lo haría. Y mucho mejor, señor obispo, no tener pastoral universitaria que dejarla en esas manos.