Un cardenal a quien se empeñan en dejar irreconocible. Unos y otros.

Tengo un elevadísimo concepto del cardenal Vidal y Barraquer. De sus virtudes humanas y eclesiales. Claro que como todo el mundo se habrá equivocado en ocasiones pero ello no menoscaba nada su dignísima figura como cardenal de la Iglesia española.

Unos y otros nos quieren presentar a otro Vidal y Barraquer muy distinto al que fue. Estallado el Movimiento Nacional,salvó la vida de puro milagro y sufrió el asesinato de su obispo auxiliar y de 131 sacerdotes de su diócesis. Sin contar a los religiosos. La preocupación por que esa cifra tremenda no se incrementara le llevó a un silencio que algunos hoy quieren presentar como cómplice cuando no fue otra cosa que un intento de que no se desataran más represalias. Y esa fue la razón, repetidamente invocada, para no firmar la carta colectiva del espiscopado español de 1937. Que su firma no sirviera para todavía empeorar más la desgracia de sus sacerdotes que no habían sido asesinados.

Pero sobre cual era su verdadero pensamiento queda fehaciente constancia en la carta que dirigió a su paisano el cardenal Gomá el 9 de febrero de 1937 con motivo de haber sido nombrado por la Santa Sede el arzobispo de Toledo representante oficioso ante Franco de la Santa Sede.

Pues esto es lo que pensaba este cardenal tan antifranquista:

"Suplicarle y agradecerle de antemano que se digne expresar verbal y reservadamente (de nuevo la preocupación por sus sacerdotes a los que comprometería gravemente si se hiciera público su sentimiento) a la persona cerca de la cual ejerce su misión altísima, mis salutaciones y homenajes de simpatía y afecto y mis sinceros votos de que se logre cuanto antes alcanzar y establecer en nuestra España una paz sincera y perdurable, cimentado (sic) en el amor cristiano y en la armónica convivencia de todos los hombre de buena voluntad. Desde este acogedor retiro ruego a Dios por el triunfo de la causa de la Iglesia en nuestra patria y creo no haber dejado de aportar siempre a tan sagrado y caro objetivo mi decidida cooperación".

Pues ya me dirán que hay aquí de cardenal rojo, separatista o catalanista.

El texto se encuentra en el archivo Gomá que viene publicándose, tomo 3, pg. 160
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