La misa del cardenal Amigo en TV2
El cardenal tiene un magnífico aspecto a sus 75 años y una voz espectacular. La homilía, que no leyó, fue excelente. La misa, dignísima.
El hermano Pablo un modelo de lo que debe ser un maestro de ceremonias. Discreto y efectivo. Arrodillado en la consagración y utilizando la tapa del copón como bandeja en la comunión. El cardenal no llevaba el pectoral sobre la casulla. No hago la menor cuestión de ello. Me es igual que lleven el pectoral por fuera o por dentro. Me limito a constatar lo que veo.
El coro juvenil, charanguero. Los sacerdotes que concelebraban parecían los residentes de un geriátrico. Si es esa la comunidad de los Sagrados Corazones poco va a durar. Y no digo nada de todos sus servicios a la Iglesia, que igual han sido muchísimos o de su santidad personal. Lo desconozco y hasta estoy dispuesto a creerme lo máximo. Aunque su revista 21rs me pudiera hacer sospechar otra cosa. Digo lo que vi. Y lo que se ve es independiente de los años del vidente. Que ya veo venir a los de siempre. Les aseguro a esos que pese a mi superego me sé mortal. Y también sé los años que tengo. Aunque me dio la impresión de que menos que la mayoría de los que celebraban misa.
Uno de los concelebrantes principales desconocía el nombre del arzobispo de Madrid y se lo tuvo que decir Fray Carlos, enterándonos todos. No sé quien era pero muy puesto no estaba.
Y aunque no tiene nada que ver con la misa de hoy fijaros en la fotografía con la que ilustro el artículo. En los hombros del cardenal y en los de los que están a su lado. Ciertamente Fray Carlos llena el espacio en el que se presenta. Y a los de siempre asegurarles que no tengo nada contra los bajitos.