¡Qué petardo! ¡Qué jesuita! ¡Qué vergüenza!

El Reverendo Juan Masiá, de la Compañía de Jesús, se ha descolgado con tres líneas y media en defensa de Pagola que me parecen impresentables.

El libro de Pagola es ortodoxo, correcto teológicamente y muy bueno pastoralmente. Pagola no se pasó, se quedó corto. No debería haber revisado el libro, sino seguir publicándolo igual. La nota contra él se merece un suspenso en teología y otro en caridad".

Y se ha quedado tan fresco. ¿También sus superiores? Pues les estamos esperando. A ellos. No a Masiá.

El jesuita es contradictorio. Pues si el libro se queda corto no debería publicarlo igual sino empeorarlo más. Además se erige en autoridad en la Iglesia cuando no lo es. Él define ortodoxias, lo que es correcto en teología y bondades pastorales. Porque sin duda a él le confió Cristo la autoridad en la Iglesia. No a los obispos que no tienen ni idea de teología ni de caridad. Vamos, que de suspenso en ambas.

Me parece impresentable. Y no tanto por él como por quienes se lo consienten. ¿Tienen algo que ver esos exabruptos con los decretos de la última Congregación general que en tan excelso lugar ponían la obediencia y la fidelidad jesuíticas al Papa y a la Iglesia? ¿O es que la Iglesia y el Papa es Pagola y no lo son los obispos?

Ya no es posible jugar con dos barajas. Haciendo trampas. Esos no son riesgos de frontera. Eso es traspasarla muchísimos kilómetros.
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