Al señor Calleja, abochornado el pobre por mi causa.
Vueltos a la normalidad, y antes de entrar en el artículo de hoy, quiero dejar constancia de algo por si volviera a repetirse un suceso análogo. Estoy muy satisfecho aquí y no pienso irme. Pero si me fuera, o si pensaran en RD que mi presencia dejaba de parecerles conveniente, ambos, Periodista Digital y yo, nos despediríamos como caballeros. Ni ellos iban a cerrarme la puerta sin decírmelo previamente ni yo me marcharía a la francesa. Sin despedirme. Y si alguno se regocijó pensando que me habían tirado el nido de la torre hoy el regocijo es mío pensando en su reconcomio al verme volver a aparecer.
Recuperada su normalidad el Blog observo que ha desaparecido el último artículo con los comentarios que hasta el apagón había recibido. Y como el post en cuestión produjo en Calleja bochorno ajeno dedicando un escrito a explicarlo, no quisiera yo que resultase sin sentido tan acabada elaboración del ilustre profesor de Moral de Vitoria y explicaré brevemente la causa de su bochorno.
Venía a decir en mi desaparecido artículo que Pagola había recibido notables apoyos a su persona y libro y la nota episcopal durísimas críticas. Si no hubiera bastado con el Séptimo de Caballería, integrado por las lumbreras teológicas más importantes de la Iglesia universal, nombres todos ellos, y ellas, a cuyo lado a cuyo lado el Angélico, el Melifluo, el Sutil, el Sublime, el Seráfico... son meros aficionados y cuyos nombres, y nombras, recordará la historia de la Teología durante siglos y siglos, para bochorno de los obispos, se han unido los que faltaban: Atrio, Redes Cristianas, el MOCEOP, la Juan XXIII, Masiá, Forcano, el Pope Godoy... y Calleja.
Añadía que me dijeron, aunque puntualicé que no me constaba la veracidad de la noticia, que también habían acudido en apoyo de Pagola, Zerolo, Bibiana Aido y los curas de Entrevías. Y suponía que, con esa marcha, aparecerían también Boris Izaguirre, algún miembro de Gran Hermano y ese cura que dedica sus ingresos a pagar abortos. Creo que Pagola va pidiendo a gritos: No me apoyéis más que termináis de hundirme.
Entiendo que los obispos estén abochornados por su evidente metedura de pata. La flor y nata de la teología con Pagola y ellos -¿quiénes son?, ¿qué autoridad tienen?, ¿qué saben?-, criticando la Summa Teológica del Siglo XXI y de muchísimos más. Bochorno es poco. Anonadamiento.
Pero hete aquí que además de estar abochornados los obispos también lo está Calleja. Aunque éste por mi culpa. Los obispos tienen bochorno propio. Calleja lo tiene ajeno. ¿O también lo tiene propio? ¿Por haberle nombrado entre los que han acudido en respaldo de ese genio de la exégesis, la teología y parece ser que hasta de las finanzas?
Pues Calleja, tú te lo has buscado. El bochorno. Porque, dime con quien andas y te diré quien eres. ¿Qué no te gusta? Pues haberte buscado otras compañías.
A mí el bochorno de Calleja, sea propio o ajeno, me la trae al pairo. Como Calleja. Y no escondo la mano porque venga la vieja. Lo que ya me abochorna algo es que persona tan solidaria con la Iglesia -e Iglesia no es Pagola sino los obispos y él sólo lo será si está en comunión con ellos- sea profesor de algo en un centro de la Iglesia. Aunque ese centro no tenga prácticamente alumnos. Y no me abochorna por Calleja, que me es indiferente lo que apoye o contradiga, sino por quien le mantiene de profesor. Sea Asurmendi o quien sea.
Pues creo que he cumplido con mis deberes de caridad hoy. Ya que, sin estas líneas, desaparecidas las anteriores, la gente se preguntaría ¿de qué se abochornará Calleja? Y no quisiera que nadie se desazonara por tal motivo. Sépanlo todos. Calleja se abochorna por mi causa. Pues el desabochornador que lo desabochorne buen desabochornador será.