Consternación en la Iglesia universal. Hoy está de luto la Esposa de Cristo. El más insigne teólogo de todos los tiempos ha sido condenado al silencio. ¿Qué va a hacer la Iglesia sin Dixan Alvarez Valdés. O tal vez Colón. ¿Ariel quizá? ¿O Skip?
Ya nada será blanco en la teología. Se volverá a las mediocridades de Aquino, Buenaventura, Bernardo... Si no puede existir una casa sin Fairy ¿cómo va a haber una teología sin Ariel? A todos los católicos les trae sin cuidado esa lumbrera teológica de la prestigisísima universidad de Santiago del Estero que estoy seguro que el 99% de mis lectores, excluidos los argentinos, ni tienen idea de por donde cae.
Pues, hala, a reunir firmas. Por fin comienza a hacerse limpieza en la Iglesia. Si el Ariel no sirve, con jabón Lagarto. O con lejía Conejo. Sólo lo siento por la acreditadísima universidad de Santiago del Estero que había anulado a la Gregoriana, Lovaina, Friburgo, Salamanca... Claro, como no tenían detergente y el Estero sí, resultaba en esta última todo mucho más blanco. De ahí viene la conocida frase del memento OMO.
Pagola y ahora Álvarez Valdés no presentan la fe de la Iglesia. Ya era hora de que se dijera.