¿Se va el Nuncio?

Periódicamente salta el rumor. Seguramente por el deseo general que nunca llega a cumplirse. Y es que nueve años de sufrir esta inanidad, enanidad también vale, hacen que anhelemos lo que algún día llegará aunque tanto se tarde.

Me temo que la razón de que tengamos que seguir sufriendo a este portugués de 71 años es que no saben que hacer con él. Con lo que todavía nos pueden quedar cuatro años menos dos meses de escuchar ese castellano asesinado, la mirada mortecina, la expresividad ausente, el aire dormido y la absoluta levedad de su ser.

España no ha tenido suerte con los últimos nuncios que nos han llegado. Eran tan mediocres que ninguno, después de pasar por aquí, ninguno fue figura destacada de la Iglesia. Los hemos tenido malvados como Dadaglio, concubinarios como Kada, anodinos como Innocenti, corrientitos como Tagliaferri y absolutamente aburridos como el actual. Que dueme hasta a las ovejas.

Tal vez no sea toda la culpa suya. Si a alguien de temperamento indolente y en quien la naturaleza no derramó especiales gracias se le emplea en algo muy superior a sus fuerzas se le incapacita ya para siempre. Y algo así debió ocurrir con este portugués. Vocacionado a la tranquilidad, a la indolencia incluso, echaron sobre sus débiles espaldas nada menos que las nunciaturas en Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Grenada, Jamaica, Santa Lucía, Trinidad y Tobago y Antigua y Barbuda. De avión en avión y de isla en isla, hablando inglés con su acento portugués cerrado que seguro no le entendería nadie, quedó traumatizado para toda la vida. Desde 1985.

Seis años después, pensando sin duda que ya había masacrado suficientemente el inglés, decidieron que pasara a hacerlo con el español. Pero no en una nunciatura sino en dos. El Salvador y Honduras. Pronto comprobaron que eso era superior a sus escasas fuerzas y le dejaron sólo con una. Pero el daño neuronal era ya irreversible. La naturaleza es sabia y se defiende. Muita calma, muito caldinho e muito obrigado.

En 1998 el Secretario de Estado, que debería ser Sodano, pensó: A este portugués le hago trabajar yo. Y sin consideraciones al inglés, o tal vez para vengar las Malvinas, lo manda a Sudáfica, Namibia, Swaziland y Lesotho. Allí duró muy poco y en el 2000 deciden castigar a España. Donde llegó agotado. Y agotado sigue.

Entiendo que la gente esté aburrida de este personaje hipoactivo e hipermuermo y que no vean el momento de su relevo. Yo me apunto a ese deseo general. Aunque, dado el desbarajuste vaticano de hoy ojalá no tengamos luego que decir aquello del poeta: Cualquiera nuncio pasado fue mejor. Que si no dijo eso era algo parecido.
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