Dios a todos se revela (6.1.15)

Los Magos “vieron una estrella y se pusieron en camino, llegaron a Belén y adoraron al niño”

1. La oscuridad y las dudas ensombrecen nuestro presente y nuestro porvenir. La situación social que vivimos es ciertamente muy confusa. Por eso buscamos una luz para orientarnos. Nuestra búsqueda no se agota con esa luz eléctrica difundida a raudales en la cabalgata de reyes magos. Necesitamos una luz que dé sentido y orientación a nuestra vida.

2. María de Nazaret, los pastores de Belén y los magos recibieron esa luz y se pusieron en camino alegres y esperanzados. María era una mujer sencilla y desconocida; el ángel enviado tuvo que dar muchas vueltas para encontrarla: “una joven que vive en un pueblo insignificante llamado Nazaret, y desposaba con un tal José”. Los pastores eran en aquella sociedad de Palestina un gremio despreciado. Y los que nosotros llamamos reyes, según el evangelio eran unos magos; hombres extranjeros al pueblo judío y dedicados a la magia, una profesión impura; excluidos por todos los capítulos. ¿ Que quieren decir los evangelios? Dios se revela todo lo que puede a todos. Es decir, se autocomunica y está llamando como amigo a la puerta de cada uno sin discriminaciones

3. Los cristianos “hemos visto salir una estrella” y nos hemos abierto a su luz. En el bautismo nos entregaron una vela encendida como símbolo de la fe, que debe iluminar y dar sentido a nuestra existencia. Al celebrar la epifanía o manifestación del Señor debemos preguntarnos si vamos caminando hacia donde esa luz nos lleva, o nos hemos instalado en el camino. También debemos celebrar que la estrella o luz de Jesucristo, a veces sin que ellos mismos lo sepan, llega también a todos los rincones del mundo y a todos los seres humanos, religiosos y no religiosos Cuando se abren a ella y tratan de construir una sociedad fraterna donde la justicia y la paz se besen, permanece viva la Navidad.
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