Fr Pedro Meca,un dominico extravagante
Recuerdo que hace años en Toulouse compartí con Pedro Meca que, ya por entonces, salía del convento para acompañar a grupos ambulantes de gente pobre -tengo confusa idea si eran titiriteros- que andaban de pueblo en pueblo para ganarse la vida. Después fue cambiando de escenario pero, como Jesús de Nazaret" siempre "en malas compañías" de vagabundos, sin techo ni hogar abandonados en la noche de la vida. Hace unos meses ya en Madrid, tuve una entrañable conversación con fr Pedro que respiraba mística evangélica humanitaria y cósmica.
Me gusta calificarle de "extravagante", dando a este calificativo su sentido etimológico; el que camina y avanza rompiendo moldes. Sin la extravagancia de Juan XXIII no se habría celebrado el Vaticano II. Monseñor Romero fue también extravagante porque se salió de lo normal. Los dos fueron seguidores de Jesús que ante la dignidad del ser humano en peligro, postergó cumplimientos de leyes y ritos.
La conducta de Pedro Meca sugiere la necesidad de una Iglesia profética. Que respire la compasión de Jesucristo ante los sufrimientos de los seres humanos. En salida hacia los pobres. Liberada de perniciosas instalaciones y de falsas seguridades.