“No a la Islamfobia”
1. En el “Sagrado Corán” se habla de Dios “indulgente y misericordioso”, pero hay una invitación a la violencia: “matad a los idólatras donde quiera que los halléis” y entre los idólatras se incluye a los cristianos. También será difícil compaginar la doctrina del Corán -“texto enviado de lo alto” como programa para la organización de toda la vida moral, religiosa. civil y política - con el mundo moderno donde la sociedad secular quiere organizarse sin la tutela y control de la religión. Se necesita una reinterpretación del Corán nada fácil en una sociedad moderna donde la libertad religiosa como derecho de las personas ya es artículo innegociable. Reinterpretación no fácil pero posible. Ya es significativo que lúcidos pensadores fieles a la religión islámica, incomprendidos en sus propios países donde esta religión es mayoritaria, encuentren acogida y puedan dar una versión nueva de sus creencias religiosas en ambientes de modernidad europea.
2.Además de estas dificultades, los atentados terroristas de los últimos años, vinculados a la religión islámica, y los crímenes perpetrados por extremistas islámicos contra minorías cristianas atizan más los prejuicios que muchos españoles tienen contra los musulmanes inmigrantes: gente sin medios económicos y sin educación que no se integran; fanáticos; incompatibles con la modernidad y la democracia. Estos y otros muchos prejuicios responden a nuestros miedos más que a la realidad de los inmigrantes que tienen dificultad para integrarse en la nueva cultura sencillamente porque traen su propia cultura. Prejuicios que, dada la historia conflictiva entre cristianismo e Islam, fácilmente nos llevan al rechazo identificando sin más el Islam con el terrorismo. Esta identificación sin distingos es falsa e injusta. Posiblemente la mayoría de los musulmanes hoy aprueban ese terrorismo salvaje; sin duda entre los fieles a esa religión hay muchos santos y místicos relevantes.
3.Debemos cambiar de perspectiva y de actitudes. La entraña de la espiritualidad cristina es el amor incluso a los que nos persiguen. Recordemos con humildad que no siempre el cristianismo ha estado exento de conductas pervertidas por el fanatismo. El odio y la violencia tienen que dejar espacio al amor, la tolerancia, el diálogo y la colaboración. Mirando a un futuro no lejano parece que cristianismo e islamismo serán las dos grandes religiones que puede abrir el horizonte de trascendencia y esperanza en una sociedad europea ya fatigada y sin saber bien hacia dónde tirar. Más que luchar entre sí por la hegemonía tendrán que aportar su ética y su profetismo para construir una sociedad más auténticamente humana.
4. Por ese camino de diálogo y colaboración se nos orientó el Vaticano II: la Iglesia acepta “lo que en las otras religiones hay de verdadero y santo” . Y ya refiriéndose la religión del Islam añade dos matices importantes. Primero : “los musulmanes adoran al único Dios viviente y subsistente, Creador del cielo y de la tierra”; “adoran con nosotros a un Dios único y misericordioso”; “aprecian la vida moral y honran a Dios sobre todo con la oración, la limosna y el ayuno”. Segundo: “Si en el transcurso de los siglos surgieron no pocas desavenencias y enemistades entre cristianos y musulmanes, el sagrado concilio exhorta a todo a que, olvidando lo pasado, procuren sinceramente una mutua comprensión, defiendan y promuevan unidos la justicia social, los bienes morales, la paz y la libertad para todos los hombres”. El reconocido arabista Dr. Pedro Martínez Montávez, que fue rector de la Universidad Autónoma, refiriéndose a la necesidad de diálogo entre musulmanes y cristianos trae una consigna de Averroes: “el mejor camino para amar es conocer, comprender”