Realizar la vida con la luz que es Jesucristo (26.3.17)

“Yo era ciego y ahora veo”

1. El evangelio de Juan que hoy leemos es una catequesis muy bien elaborada. Ante la cerrazón de las autoridades religiosas judías que seguían oponiéndose al evangelio y a la comunidad cristiana, San Juan confiesa la fe de esta comunidad: Jesucristo es la luz del mundo; quienes se encuentran con él y aceptan su evangelio, quedan curados de su ceguera, ven, disciernen y deciden como sujetos responsables, llegan a ser ellos mismos, Por el contexto se ve que hay alusión al bautismo que ya celebraba la comunidad cristiana: “ fue a la piscina de Siloé, se lavó y volvió con vista”. En griego bautismo significa iluminación, y los recién bautizados se llamaban “neófitos”, nuevos iluminados por la luz que es Jesucristo.

2. En aquella sociedad judía la ceguera se interpretaba como castigo de la divinidad por un pecado cometido bien por el no vidente bien por sus antepasados. Jesús tira por tierra ese tabú. Y relatando la curación física, el evangelista se refiere a la ceguera moral: caminar en las tinieblas que son símbolo del egoísmo. Es la ceguera que tienen las autoridades religiosas judías que se creen los verdaderos representantes de Dios haciéndose dueños y señores de los demás; esas autoridades han decidido condenar a Jesús y a sus seguidores; por eso los padres del ciego que ahora ve, no se atreven a decirlo: “preguntadle a él que ya tiene edad . Y es también la ceguera de aquel pobre hombre que, sometido a esas autoridades, no puede ver y actuar por sí mismo.

3. En este tiempo de cuaresma, el evangelio se dirige a nosotros. Hemos recibido el bautismo. Pero esa celebración fue un punto de partida; por eso nos entregaron una vela encendida, símbolo de la luz que es la fe, para que la mantuviéramos ardiendo a lo largo de nuestra existencia. La fe significa la confianza total en Jesucristo, luz para toda la humanidad; su estilo de vida inspirado por el amor. Esa fe cura nuestra ceguera y nos permite vivir siendo nosotros mismos. Pero también nos encontramos con fuerzas hipócritas que pretenden ser las únicas que ven mientras que nos manipulan e impiden que nosotros veamos y decidamos por nosotros mismos. Confesando que Jesucristo es “el Hijo del hombre”, la nueva humanidad que viene de Dios, el ciego de nacimiento ya curado en su encuentro con Jesús, sugiere cómo debemos ser hoy cristianos.
Volver arriba