Sobre el amor en la familia. Tres sugerencias para pensar
Es el tema de la Exhortación “La alegría del amor”, elaborada por el papa Francisco después de los dos últimos Sinodo celebrados en el 2014 y 2015. Cuando la Iglesia quiere abrirse al mundo y ofrecer el Evangelio, el tema del matrimonio y de la familia es de primera urgencia. Dados los profundos cambios culturales y al mismo tiempo el reclamo de la subjetividad, el matrimonio y la familia atraviesan una situación muy compleja. Es necesario el discernimiento para evitar posiciones dogmáticas que ignoran los cambios, o soluciones precipitadas que diluyen el Evangelio. En esa perspectiva redacto estas tres sugerencia como una reflexión en voz alta
I. El Sínodo sobre la familia
El Sínodo de obispos presidido por el Sucesor de Pedro es la Iglesia que camina unida para leer la realidad con la luz de la fe y con el corazón de Dios revelado en Jesucristo. En las intervenciones sinodales sobre la familia salieron , desde distintos hemisferios , los temas punteros en esa realidad del matrimonio y de la familia que hoy también discurren en una situación cultural de cambio muy rápido y complejo. Ya es positivo el hecho de que los interrogantes planteados en la nueva situación hayan entrado en el Sínodo y hayan sido tratados con realismo, con sinceridad y en respeto a las distintas opiniones. La Iglesia no tiene recetas para cada uno de esos interrogantes que irán encontrando solución en el entramado y en el dinamismo de la sociedad . Pero puede ofrecer el evangelio cuya luz “orienta la mente hacia soluciones plenamente humanas”. El Sínodo no da soluciones tajantes y definitivas, pero sí la orientación, desde la fe cristiana, para ir abriendo camino. En la homilía para iniciar las sesiones sinodales el papa Francisco apuntó tres claves que van muy unidas.
1.”La soledad es el drama que aún aflige a muchos hombres y mujeres”. Hoy hemos crecido en casas de lujos y edificios de gran altura, pero no en el calor de hogar y de familia; con medios cada vez más sofisticados para la diversión y el placer y la libertad, pero cada vez más con un profundo vacío en el corazón. Las personas se sienten solas, se cierran en el egoísmo y la melancolía, en la violencia destructiva y en la esclavitud del placer y del dios dinero.
2. “No está bien que el hombre esté solo; voy hacer alguien como él que le ayude”. Es verdad que los seres humanos necesitamos ser nosotros mismos, no soportamos el anonimato y por eso acotamos nuestro terreno; pero la soledad nos ahoga y necesitamos relacionarnos con los otros en el amor. Por eso la familia , como expresión de la relación en el amor que va más allá de lo racional, como empeño de amarse para siempre, como acogida del otro, es luz en la oscuridad. Lo que Dios ha unido que no lo separare el hombre. Es una exhortación a los creyentes a superar toda forma de individualismo y legalismo , que esconde un mezquino egoísmo y el miedo de aceptar el significado auténtico de la pareja y de la sexualidad humana en el plan de Dios. La familia , como experiencia y práctica de relación humana en el amor gratuito, evoca “no una utopía adolescente, sino un sueño sin el cual la criatura humana estará destinada a la soledad”.
3.”La Iglesia es llamada a vivir su misión en la caridad”. Es el criterio evangélico ante la difícil situación de la familia. ”La Iglesia no señala con el dedo para juzgar a los demás, sino que -fiel a su naturaleza como madre- se siente en el deber de buscar y curar a las parejas heridas con el aceite de la acogida y de la misericordia; de ser hospital de campos con las puertas abiertas para acoger a quien llama pidiendo ayuda y apoyo; aún más, de salir del propio recinto hacia los demás con amor verdadero para caminar con la humanidad herida , para incluirla y conducirla a la fuente de salvación. Una Iglesia que enseña y defiende los valores fundamentales, sin olvidar que el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. Una Iglesia que educa para el amor auténtico, capaz de alejar la soledad, sin olvidar su misión de samaritano”.
Son claves decisivas para leer la relación final de Sínodo y que de aún modo marcan el camino de una Iglesia capaz de unir la compasión a la justicia. De lo contrario los mismos cristianos terminaremos siendo “seres inútilmente severos y profundamente injustos”
I. El Sínodo sobre la familia
El Sínodo de obispos presidido por el Sucesor de Pedro es la Iglesia que camina unida para leer la realidad con la luz de la fe y con el corazón de Dios revelado en Jesucristo. En las intervenciones sinodales sobre la familia salieron , desde distintos hemisferios , los temas punteros en esa realidad del matrimonio y de la familia que hoy también discurren en una situación cultural de cambio muy rápido y complejo. Ya es positivo el hecho de que los interrogantes planteados en la nueva situación hayan entrado en el Sínodo y hayan sido tratados con realismo, con sinceridad y en respeto a las distintas opiniones. La Iglesia no tiene recetas para cada uno de esos interrogantes que irán encontrando solución en el entramado y en el dinamismo de la sociedad . Pero puede ofrecer el evangelio cuya luz “orienta la mente hacia soluciones plenamente humanas”. El Sínodo no da soluciones tajantes y definitivas, pero sí la orientación, desde la fe cristiana, para ir abriendo camino. En la homilía para iniciar las sesiones sinodales el papa Francisco apuntó tres claves que van muy unidas.
1.”La soledad es el drama que aún aflige a muchos hombres y mujeres”. Hoy hemos crecido en casas de lujos y edificios de gran altura, pero no en el calor de hogar y de familia; con medios cada vez más sofisticados para la diversión y el placer y la libertad, pero cada vez más con un profundo vacío en el corazón. Las personas se sienten solas, se cierran en el egoísmo y la melancolía, en la violencia destructiva y en la esclavitud del placer y del dios dinero.
2. “No está bien que el hombre esté solo; voy hacer alguien como él que le ayude”. Es verdad que los seres humanos necesitamos ser nosotros mismos, no soportamos el anonimato y por eso acotamos nuestro terreno; pero la soledad nos ahoga y necesitamos relacionarnos con los otros en el amor. Por eso la familia , como expresión de la relación en el amor que va más allá de lo racional, como empeño de amarse para siempre, como acogida del otro, es luz en la oscuridad. Lo que Dios ha unido que no lo separare el hombre. Es una exhortación a los creyentes a superar toda forma de individualismo y legalismo , que esconde un mezquino egoísmo y el miedo de aceptar el significado auténtico de la pareja y de la sexualidad humana en el plan de Dios. La familia , como experiencia y práctica de relación humana en el amor gratuito, evoca “no una utopía adolescente, sino un sueño sin el cual la criatura humana estará destinada a la soledad”.
3.”La Iglesia es llamada a vivir su misión en la caridad”. Es el criterio evangélico ante la difícil situación de la familia. ”La Iglesia no señala con el dedo para juzgar a los demás, sino que -fiel a su naturaleza como madre- se siente en el deber de buscar y curar a las parejas heridas con el aceite de la acogida y de la misericordia; de ser hospital de campos con las puertas abiertas para acoger a quien llama pidiendo ayuda y apoyo; aún más, de salir del propio recinto hacia los demás con amor verdadero para caminar con la humanidad herida , para incluirla y conducirla a la fuente de salvación. Una Iglesia que enseña y defiende los valores fundamentales, sin olvidar que el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. Una Iglesia que educa para el amor auténtico, capaz de alejar la soledad, sin olvidar su misión de samaritano”.
Son claves decisivas para leer la relación final de Sínodo y que de aún modo marcan el camino de una Iglesia capaz de unir la compasión a la justicia. De lo contrario los mismos cristianos terminaremos siendo “seres inútilmente severos y profundamente injustos”