El verdadero amor perdona todo
“Los muchos pecados de esta mujer están personados porque ella se muestra muy agradecida” (evangelio)
1. El relato evangélico es conmovedor. En una comida de familia bien, donde Jesús es invitado por un fariseo rico. Irrumpe una mujer pecadora que llora y con sus lágrimas lava los pies del Maestro acariciándolo con sus manos. El evangelista no da más detalles sobre quién era esa mujer, pero debió sentirse muy amada y perdonada para expresar tanto agradecimiento hacia Jesús
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2 .El fariseo es símbolo de practicante religioso, muy preocupado de las purificaciones rituales y de las apariencias, pero individualista y malpensado en su corazón. Es la figura de los hipócritas, a quien el mismo Jesús calificó de sepulcros blanqueados por fuera y llenos de podredumbre por dentro.
3. Y allí también está Jesús de Nazaret mostrado la humanidad de Dios. Nunca hizo discriminación de personas y por eso desconcertó a todos: a los ricos porque comía con los pobres, a los pobres porque aceptaba la invitación de los ricos; a los puritanos religiosos porque andaba con los pecadores, y a éstos porque Jesús era un judío piadoso. Es curioso que Jesús acepta el amor sensible de la mujer pecadora: besos, lágrimas, caricias de la mujer. En el fondo está diciendo: son más importantes el amor y la gratitud de las personas que todos los cumplimientos religiosos sin amor.