La cultura de bienestar, Iglesia y los pobres

“Los ciegos bien, los paralíticos caminan, los leprosos quedan limpios, y los que están muertos resucitan” (evangelio). ”Existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres; nunca los dejemos solos” (papa Francisco)

1. El papa Francisco apunta con tino a lo que está sucediendo en nuestra sociedad: “La cultura dl bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que de ninguna manera nos altera”. Y los creyentes cristianos “también corren ese riesgo cierto y permanente”. “Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se goza de la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien”.

2. En esta sociedad de bienestar y consumo también queda envuelta la comunidad cristiana que para más inri, sigue celebrando en Navidad el nacimiento del Salvador en un establo y de padres emigrantes. Por otro lado esa comunidad cristiana debe dar razón de su esperanza proclamando “Dichosos los pobres” y que “la raíz de todos los males es la pasión por el dinero”. Si esta comunidad cristiana quiere aportar algo a nuestra sociedad consumista, en su propia conducta debe actualizar la conducta de Jesucristo: los ciegos, los cojos, los paralíticos, los enfermos abandonados y los pobres echados fuera por el sistema, son apoyados, sostenidos y afirmados en su dignidad inviolable de personas.

3. Hemos almacenado en la Iglesia excesiva hojarasca y manifestaciones triunfalistas. Debemos meditar seriamente las sugerencias del papa Francisco : “cuando uno lee el evangelio se encuentra con una orientación contundente; no tanto a los amigos y vecinos, sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser despreciados y olvidados. No deben quedar dudas ni caben explicaciones que debiliten este mensaje tan claro”. Al menos con nuestra forma de vivir “tenemos que decir no a una economía de exclusión y de inequidad; esa economía mata; no se puede tolerar que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre, eso es inequidad”; “no debemos encerrarnos en las costumbres en que nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse: ¡dadles vosotros de comer!”

Hace unos años al menos se hablaba en la Iglesia sobre "la por los pobres". Hoy parece ya manida y va quedando arrinconada. Tal vez resulte una burla insoportable cuando los mismos cristianos somos atrapados por el aburguesamiento.
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