"Y vosotros ¿quién decis que soy?" (13.9.15)
Cuando muchos no perciben a la Iglesia como mediación del evangelio, urge que la comunidad cristiana vuelva a Jeuscristo
1. El evangelio es Palabra de Dios que nos habla hoy. En un momento crítico de su trayectoria como profeta itinerante por las aldeas de Galilea, Jesús de Nazaret preguntó a sus discípulos: “y vosotros ¿quién decís que soy?”. La pregunta hoy se hace a cada uno de nosotros. Desde niños hemos oído hablar de esta figura, dentro de la Iglesia, su nombre sale continuamente y en nuestros templos hay siempre referencias sobre todo del Crucificado. Las celebración eucarística, centro de la comunidad cristiana, es un encuentro con el Resucitado que nos convoca, nos une y nos envía como testigos del evangelio en la sociedad.
2. La propuesta de Jesús es profundamente humana y humanizadora: todos sin excepción estamos siendo amados por Dios, y nuestra vocación es construir la fraternidad, haciendo lo posible para que ninguna persona sea excluida ni vulnerada en su dignidad y derechos fundamentales. La portadora hoy de es buena noticia tiene que ser la comunidad cristiana de la que formamos parte todos los bautizados. Pero, ya en nuestra sociedad española, esta comunidad que llamamos Iglesia, no es percibida por muchos como mediación creíble del evangelio; la ven como algo del pasado, cerrada en su mundo sagrado, y contagiada por la fiebre posesiva que hoy es tónica generalizada en nuestra cultura líquida donde todo pasa y nada queda. Esa percepción puede ser equivocada, pero ahí está, y es interrogante serio para la conducta de todos los cristianos.
3. Es urgente volver a Jesús de Nazaret cuya conducta es criterio para juzgar la religiosidad de los cristianos, y no al revés. Esa conducta es, según nuestra fe, la manifestación visible de cómo es y cómo actúa Dios. No hay otro camino. Si tenemos esta fe, urge hoy en todas las comunidades cristianas volver a Jesucristo. Conocer la conducta histórica de Jesús, para vislumbrar ahí la presencia de Dios que nos ama y el camino para construir la fraternidad. Una vez más el imperativo primero para transmitir hoy el evangelio en nuestra sociedad española es que los cristianos tratemos de procesar nuestra existencia re-creando la conducta de Jesús Ahí está la clave para la catequesis que necesitamos .
1. El evangelio es Palabra de Dios que nos habla hoy. En un momento crítico de su trayectoria como profeta itinerante por las aldeas de Galilea, Jesús de Nazaret preguntó a sus discípulos: “y vosotros ¿quién decís que soy?”. La pregunta hoy se hace a cada uno de nosotros. Desde niños hemos oído hablar de esta figura, dentro de la Iglesia, su nombre sale continuamente y en nuestros templos hay siempre referencias sobre todo del Crucificado. Las celebración eucarística, centro de la comunidad cristiana, es un encuentro con el Resucitado que nos convoca, nos une y nos envía como testigos del evangelio en la sociedad.
2. La propuesta de Jesús es profundamente humana y humanizadora: todos sin excepción estamos siendo amados por Dios, y nuestra vocación es construir la fraternidad, haciendo lo posible para que ninguna persona sea excluida ni vulnerada en su dignidad y derechos fundamentales. La portadora hoy de es buena noticia tiene que ser la comunidad cristiana de la que formamos parte todos los bautizados. Pero, ya en nuestra sociedad española, esta comunidad que llamamos Iglesia, no es percibida por muchos como mediación creíble del evangelio; la ven como algo del pasado, cerrada en su mundo sagrado, y contagiada por la fiebre posesiva que hoy es tónica generalizada en nuestra cultura líquida donde todo pasa y nada queda. Esa percepción puede ser equivocada, pero ahí está, y es interrogante serio para la conducta de todos los cristianos.
3. Es urgente volver a Jesús de Nazaret cuya conducta es criterio para juzgar la religiosidad de los cristianos, y no al revés. Esa conducta es, según nuestra fe, la manifestación visible de cómo es y cómo actúa Dios. No hay otro camino. Si tenemos esta fe, urge hoy en todas las comunidades cristianas volver a Jesucristo. Conocer la conducta histórica de Jesús, para vislumbrar ahí la presencia de Dios que nos ama y el camino para construir la fraternidad. Una vez más el imperativo primero para transmitir hoy el evangelio en nuestra sociedad española es que los cristianos tratemos de procesar nuestra existencia re-creando la conducta de Jesús Ahí está la clave para la catequesis que necesitamos .