En el día del DOMUND: Meditación política
No porque me lo han dicho sino porque lo he visto y palpado, hay todavía en el mundo mujeres y hombres que dejan todas sus seguridades, a veces muy queridas, y van a los rincones más oscuros y abandonados de la tierra, para transmitir un evangelio que humaniza: dignidad de la persona, convivencia pacífica, respeto a todos, amor sin discriminaciones. Estas personas están animadas por la lógica del don. Inspiradas y sostenidas por un espíritu o fuerza singular, van entregando su vida para el bien de los otros. Al ver cuerpos arrugados de algunas misioneras y de algunos misioneros que han dado todo sin esperar nada a cambio, espontáneamente me viene a la memoria el criterio evangélico: “ahí tenéis al hombre”.
Esa generosidad de los misioneros choca con la excesiva fiebre posesiva o codicia que hoy enferma nuestras relaciones sociales, y manifiesta su garra mortífera en las estrategias de los políticos profesionales. Ahora todos preocupados por tener pronto un gobierno. La preocupación es legítima. Pero ¿tener un gobierno es fin en sí mismo? El fin de los gobernantes no es servir al Estado cuyo fin es el bien común de los ciudadanos que incluye vida con dignidad para todos?
En el 2011 se manifestó la población española denunciando una gestión política elitista que irreverentemente olvidaba y dejaba sin porvenir a miles de personas indefensas. Mientras las mayorías buscan un trabajo digno, los privilegiados económicamente se atrincheran en sus posiciones, haciendo ya imposible que los pobres trabajadores puedan tener un empleo Durante las últimos años viene aumentando la desigualdad económica entre los españoles. Y hemos visto como la corrupción imparable de los mismos gobernantes hace imposible caminar hacia una sociedad más justa y más humana;, ¿ qué legitimación política pueden tener esos gobernantes corruptos?. Mientras, la población sigue indignada y muchos sueñan ingenuamente con que todo se arreglará con que haya un gobierno.
En la lógica del individualismo hemos fabricado un modelo de persona humana productora, consumidora y depredadora. Una persona incapaz de amar a nadie que no sea ella misma. Y ese modelo agarra también, y si cabe con más fuerza, en los gobernantes más allá del ya superado binomio “derechas izquierdas”. Por eso conviene recordar en el día del DOMUND la lógica de tantas mujeres y hombres, que siendo de nuestra misma raza y saliendo de nuestras fronteras han sido y siguen siendo testigos creíbles de otra lógica y de otro modelo humano. el forjado para amar de verdad, poniendo lo mejor que tiene al servicio del otro desconocido y necesitado. Soy consciente de que muchos siguen pensando que una lógica de gratuidad va contra el realismo político.