Que nos motiva hoy a los cristianos
Domingo 15º del tiempo ordinario
Evangelio: Marcos 6, 7-13
En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y decía: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos».Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Para meditar:
Este evangelio es una catequesis para la primera comunidad cristiana que sufría la tentación de cerrase en sí misma y creer que todo se arregla con ritos y cumplimientos religiosos. Se han dado muchas interpretaciones a este relato evangélico. Destaco tres puntos
“Poneos en camino”. La fe o experiencia cristiana significa itinerancia. No tanto geográficamente como los turistas que siempre preguntan si “hay algo más que ver”. Caminar, no instalarse en las posadas del camino . Liberación y salida de las falsas seguridades en que nos instalamos: “ni alforja ni dinero metido en la faja”. Una actitud de desarraigo muy personal que debemos tener en todo momento y en toda situación,
Los discípulos llevarán un bastón y unas sandalias como signo de que deben caminar en el mundo cambiante: la entera familia humana con todas las realidades entre las que viven. En el trabajo y en la diversión, En la juerga y en los actos religiosos. “Para predicar la conversión, echando demonios, ungiendo con aceite a muchos enfermos y los curaban”. Conversión: salir de la instalación y falsas seguridades para construir la fraternidad sin discriminaciones. Echando demonios, es decir combatiendo ls fuerzas malignas del egoísmo, la envidia, el odio, situaciones de injusticia que dividen y tiran a las personas por los suelos. Curando heridas en tantas personas y en una sociedad enferma por la fiebre posesiva y la codicia insaciable.
El desarraigo y el sacrificio solo son crecimiento en humanidad como exigencias del amor. Cuando uno se enamora hace lo que sea por agradar a la persona amada. Una madre o un padre trabajan y se sacrifican por el amor a sus hijos. Según el evangelio, la fe o experiencia cristiana es como el que descubre un tesoro escondido o una perla preciosa. “Con gran alegría”, vende todo lo que tiene para comprar la perla preciosa y hacerse con el tesoro escondido. Aquí viene la pregunta a nosotros: ¿en qué ponemos lo esencial, lo que nos apasiona de nuestra fe o experiencia cristiana?