Un nuevo estilo de vida (5.10.17)

Domingo 31º


“En la cátedra de Moisés se han asentado los letrados y los fariseos; haced y cumplid lo que os digan pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen”.

1. En la sociedad judía donde Mateo escribe su evangelio, letrados y fariseos eran los dirigentes del pueblo. Y en el ejercicio del poder tenían cuatro lacras lamentables. Primera, “no hacen lo que dicen”; cargan a la gente con fardo de preceptos y prácticas insoportables mientras ellos no mueven ni un dedo. Segunda, “todo lo que hacen para que la gente los vea”. Tercera, “ensanchan las franjas del manto, les gusta ocupar los primeros puestos en banquetes y en sinagogas”; “les gusta que le hagan reverencias por las calles y que la gente los llame “maestros”.

2. Sin duda este evangelio sugiere cómo debe ser el ejercicio de la autoridad en el ámbito civil, religioso, familiar o cualquier otro. La palabra autoridad está emparentada con el verbo latino “augere”, aumentar: quienes tienen un puesto de gobierno deben ayudar a que crezcan las personas que les han sido encomendadas y que son el fin de todas las instituciones. Las apariencias, el afán de poder y la obsesión por asegurar posiciones privilegiadas son patologías frecuentes en los gobernantes.

3. Pero esas patologías desfiguran muchas veces también la conducta de los cristianos. Nos dejamos contagiar por la fiebre posesiva y pretendemos ser superiores a los demás. Aparentamos lo que no somos, poniendo el éxito de nuestra vida en hacer muchas cosas. practicar beneficencia para que la gente nos vea, buscando consideraciones sociales y halagos por nuestras gestas. Reducimos el cristianismo a cumplimientos religiosos sin dejar que la ética del evangelio inspire y dé sentido a nuestra conducta. Pero la vocación cristina no se reduce a teorías sublimes y apariencias. Es un nuevo estilo en la forma de interpretar y tejer nuestra vida.
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