Se me pasó entre urgencias familiares la firma de las CONSIDERACIONES "de un buen grupo de biblistas y teólogos", sobre la “Nota de clarificación” de la Comisión episcopal para la Doctrina de la FE sobre el libro de Pagola. Lo hago ahora con mi adhesión sincera.
José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete
Yo creo que en el caso que nos ocupa, no se han perdido las formas y el respeto nunca. Se ha razonado y se ha mostrado lo que había en juego en la Nota Aclaratoria de la Comisión Episcopal con respecto al libro de Pagola, y en el fondo, con respecto al uso de determinadas ciencias humanas, culturales y sociales, y del método histórico-crítico, en la aproximación histórica a Jesús. Puesto que está en juego, no el orgullo de unos profesores frente a otros, (en este caso, Obispos), al menos no sólo ni primariamente, sino cómo llegar más fidedignamente a la verdad "encarnada" de quién es el Dios de Jesús a través de cómo Jesús es el Mesías e Hijo de ese Dios. Éste reto, conocer a Jesús, el hombre de Nazaret en quien se revela-encarna el Hijo de Dios, conocerlo en la realidad de su vida, persona, actitudes, palabras, convicciones y relación de intimidad con Dios, es vital para no falsear la imagen de Dios, e incurrir en idolatría, para no hacer del dogma una abstracción ontológica, para asegurarnos un poco de claridad en el seguimiento real de Jesús, y no de otro Mesías. Por eso el debate es tan vivo, porque estamos en en el ser o no ser de Dios; no sólo en si Jesús es Dios, sino en qué Dios es Jesús. De ahí el debate. Yo aceptaría que desazonar, desazona, e incomoda, no agrada, pero inaceptable, no.