Las preguntas del Lehendakari

Ya conocemos las preguntas que el Lehendakari Ibarretxe propone. No ha habido sorpresas. Son preguntas hechas desde los presupuestos de un nacionalista para nacionalistas. El nacionalismo vasco democrático, el que puede reconocerse en las preguntas del lehendakari, quiere organizar el país desde sus convicciones y objetivos. Piensa que si es mayoritario en Euskadi, ¡si lo es!, ¿por qué no?

El Lehendakari hace tiempo que viene gobernando desde esta convicción. Él la estima perfectamente democrática. Y lo sería, si no existiera ETA, si el país no se caracterizara por su legítima diversidad identitaria y, además, si Ibarretxe no fuera el Lehendakari de todos los vascos, sino el líder de un partido. Probablemente, EA. Pero ninguna de estas tres condiciones es cierta.

Yo creo que al Lehendakari le mueven la paz y la justicia en sus intenciones. También intereses políticos personales, pero esto es normal en todo candidato o líder. Ahora bien, una cosa son las intenciones, y otra los presupuestos de una consulta y los efectos sociales que cabe prever.

En cuanto a los presupuestos, ya he dicho que son los propios de un nacionalismo democrático que de ETA detesta el crimen, pero no sus objetivos estratégicos, y menos aún, sus apoyos sociales. Por el contrario, apetece hacerse con ese electorado. Esto le obliga a hilar fino, muy fino, y a avanzar dándole a las palabras su sentido más ambiguo, si preciso es. Y lo es.

En cuanto a los efectos sociales, yo creo que las preguntas, hoy, provocan mayor división social y territorial en el país. Como fuera que pronto habrá elecciones, cada parte utilizará en su estrategia, del “mejor” modo, el fracaso jurídico de esta propuesta. Su efecto electoral ha de ser, a mi juicio, el principal objetivo que en breve podrá extraerse del intento del Lehendakari. No creo que dé tiempo a que esto provoque divisiones o enfrentamientos sociales distintos a los acostumbrados entre nosotros.

Es posible, yo así lo creo, que el intento de Ibarretxe dé buenos frutos electorales para su partido. Siempre, en comparación con las recientes elecciones generales. También creo que Ibarretxe ya no se sostiene más que entre los suyos. Tiene el respeto de todos lo vascos como Lehendakari, ¡somos gente de palabra y tradiciones!, pero “la mitad” de los vascos ya no lo ve como alguien “suyo”. Entiendo que pronto no podrá seguir como Lehendakari. Creo que es un hombre honesto, pero que es un hombre de partido y no de país.

No sé si me corresponde a mí bajar en los comentarios hasta estos detalles "políticos", pero dicho queda.
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