YO SOY LA VID. PERMANECED, QUE NO ES LO MISMO QUE ATRINCHERARSE
01. YO SOY LA VID, QUE DA VIDA A LOS SARMIENTOS.
El lenguaje de los Evangelios, el lenguaje de Jesús no es filosófico, ni de altas teologías. Más bien Jesús emplea expresiones y símbolos de la vida cotidiana: el pan, el agua, la luz, el camino, el pastor, la puerta, la vid …
Hoy hemos escuchado la metáfora que san Juan aplica a Jesús: “Yo soy la vid”.
Los sarmientos reciben la vida, la savia, de la cepa. Las ramas reciben la vida del tronco, de la raíz.
Hay un refrán muy “sanchopancesco” (Sancho Panza) que dice: quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Y lo malo es que tal refrán se cumple muy frecuentemente. Nos arrimamos al político o a la política de turno, al obispo que manda, al jefe de personal, etc., porque pensamos que de ellos, de tales “cepas” no viene la vida o, cuando menos un buen puesto o cargo, un buen modus vivendi.
Pero si dirigimos la mirada hacia cotas más humanistas, nobles y cristianas, caemos en cuenta de que la vida verdadera nos viene de Cristo. CRISTO ES VIDA: pan de vida, agua de vida, pastor que da la vida, la vid que transmite vida.
En el fondo se trata de saber qué es lo pretendemos y buscamos en la vida y de dónde o de quién esperamos esos logros.
Fiarse de Cristo, ser y vivir desde la savia de Cristo a veces no es sencillo. Seguir a Cristo, ser libre desde Cristo no es siempre cuestión fácil. La libertad en la vida ya sabemos que cuesta prestigio, uestos, dinero, etc.
La tradición de San Pablo dice (2Tim 1,1): sé de quién me he fiado.
Es noble y vale la pena ser un débil sarmiento que recibe la vida de Cristo, vid verdadera, y transmite, crea vida en la vida.
02. PERMANECED.
Por las crisis que sufrieron las comunidades cristianas de Juan, es por lo que la tradición del cuarto evangelio “repite” constantemente la invitación a PERMANECER: en el evangelio de hoy aparece siete veces la invitación a permanecer. Frecuentemente S Juan repite: Permaneced en mi amor, (Jn 15,9). Permaneced en lo que os enseñé desde el comienzo, (1Jn 2,27). La tradición de san Juan repite casi obsesivamente esta invitación a permanecer en el Señor. En el párrafo del evangelio que hemos escuchado hoy aparece 7 veces esta expresión: permaneced.
Permanezcamos en Cristo
03. PERMANECER NO ES ATRINCHERARSE NI UNA RESISTENCIA NUMANTINA
Permanecer no significa guardar fósiles dogmáticos o litúrgicos. Es cierto que hay que guardar con estima lo que hemos recibido, pero, siendo importante, lo más transcendente de una ciudad no son sus museos, ni Atapuerca.
Muchas veces para ser fiel a la fe, al pasado, hay que cambiar muchas cosas en el presente. ¿Quién entiende hoy lo que significa consubstancial al Padre? o el “Filioque”. ¿Quién entiende y vive esas realidades así expresadas?
Para permanecer hay que cambiar. Para ser y permanecer como personas, como ciudadanos, como creyentes hemos de ir cambiando muchas cosas en la vida.
04. LA VID. LA VIDA LA RECIBIMOS DE OTROS.
Vivir unidos a Cristo.
La imagen de la viña, significa en el mundo bíblico al pueblo de Dios, que recibe la vida de Dios Padre.
Salmo 80,9 Sacaste una vid de Egipto.
Isaías 5 Mi amigo tenía una viña...
Mt 21 Es la célebre e intencionada parábola de los viñadores homicidas.
Jn 2,1-12 La parábola de las bodas de Caná: se han quedado sin vino (viña), sin amor.
El tema de fondo es la vida, tener vida. Desde el comienzo se nos dice que en Él estaba la vida, (Jn 1,4). Quien cree en Él tiene vida (Jn 3,4). Cristo es el agua de vida, (Jn 4,14). Es el pan de vida, Jn 6,51-54). Cristo es el Buen Pastor que da vida, (Jn 10). Cristo es la resurrección y la vida (Jn 11,25). Cristo es el camino, la verdad y la vida, (Jn 14,6).
La vida la recibimos de otros: padres, familia, pueblo, amigos, cultura, iglesia, JESUCRISTO.
El que permanece en mí tiene vida y dará fruto abundante.