"Celebro la verdadera ejemplaridad de 15 sacerdotes que atienden a contagiados" "Los obispos vacunados por la puerta falsa han incurrido en causa grave de remoción"
"Sobran las situaciones de dependencia, de sumisión y de obediencia. Sobra, en definitiva, la razón de fondo que han esgrimido o aceptado los obispos de Alicante, Mallorca, Tenerife y Murcia para recibir un trato privilegiado (jerarquía) a la hora de vacunarse"
"Tampoco se normalizan las cosas con la petición de un perdón falso y táctico. No. Estos obispos han pensado en sí mismos y no en los demás, cristianos o no"
"Las consecuencias han sido gravísimas en forma de desprestigio y liderazgo. Su contra testimonio evangélico no admite matizaciones de ningún tipo. Han incurrido, pues, en causa grave, suficiente, para justificar su remoción"
"Las consecuencias han sido gravísimas en forma de desprestigio y liderazgo. Su contra testimonio evangélico no admite matizaciones de ningún tipo. Han incurrido, pues, en causa grave, suficiente, para justificar su remoción"
Al valorar la vacunación de mons Taltavull y sus dos acólitos, por la puerta falsa, (https://www.religiondigital.org/libertad_en_todo-_gregorio_delgado/BUEN-CIUDADANO-PASTOR_7_2312538739.html), llama la atención sobre como “contrasta vigorosamente su falsa ejemplaridad con la de unos quince sacerdotes, que asisten a diario y prestan servicios religiosos a personas contagiadas”.
Ya lo creo que contrasta y señala, sin pretenderlo, con el dedo. Ahora sí estamos ante actuaciones ejemplares y ante verdaderos testimonios de humanidad. Y lo hacen sin alharacas, sin llamar la atención, en silencio. ¡Mi reconocimiento y respeto!
Hace unos días, Francisco, subrayó, al comentar el evangelio del día (Mc 1, 29-39), “como, desde el principio,… Jesús muestra su predilección por las personas que sufren en el cuerpo y en el espíritu: es una predilección de Jesús acercarse
…” a estas personas. Por ello, “cuidar de los enfermos de todo tipo no es para la Iglesia una ‘actividad opcional’, ¡no! No es algo accesorio, no. Cuidar de los enfermos de todo tipo forma parte integrante de la misión de la Iglesia, como lo era de la de Jesús”. Sin duda alguna. Es más, históricamente, la Iglesia ha venido acercándose y tendiendo la mano al enfermo. De este modo ha practicado la verdadera religión de Jesús, alejada del Templo y de los rituales: “llevar la ternura de Dios a la humanidad sufriente”.
Como ha demostrado hasta la saciedad José María Castillo (La religión de Jesús. Comentario al Evangelio diario. 2021, Desclée, Bilbao 2020), Jesús “desplazó el centro de la religión”. La verdadera religión de los Evangelios gira siempre en torno a los enfermos, a los pobres y a la mejora de las relaciones humanas. Dicho de otro modo, “Jesús ‘humanizó’ la religión: la sacó de lo ‘sagrado’ y la puso en el centro de lo ‘humano’” (Castillo, 52); “… su religiosidad la vivió él (y nosotros la debemos vivir) en el empeño por humanizar este mundo”.
Si esto es así (los Evangelios están llenos de referencias al respecto), sobra la religión entendida como sistema de jerarquías, posiciones y rangos, que es la versión que, prioritariamente, ha imperado en el cristianismo católico. Sobran las situaciones de dependencia, de sumisión y de obediencia. Sobra, en definitiva, la razón de fondo que han esgrimido o aceptado los obispos de Alicante, Mallorca, Tenerife y Murcia para recibir un trato privilegiado (jerarquía) a la hora de vacunarse, violando la norma civil que fija el orden en función de la vulnerabilidad. ¡Que le vamos a hacer! En el fondo y de verdad, estos obispos no se han enterado de lo que llevaban entre manos. Las consecuencias han sido gravísimas en forma de desprestigio y liderazgo. Su contra testimonio evangélico no admite matizaciones de ningún tipo. Han incurrido, pues, en causa grave, suficiente, para justificar su remoción. ¡Doctores tiene la santa madre Iglesia!
Se puede pensar lo que se quiera. Pero, como ha recalcado el obispo de Canarias, “no ha estado bien” que “se vacunaran cuando no les correspondía”. Cierto. Tampoco se normalizan las cosas con la petición de un perdón falso y táctico. No. Estos obispos han pensado en sí mismos y no en los demás, cristianos o no. Si desean normalizar su situación, como pastores de sus comunidades, parece lógico exigirles que reconozcan, de modo explicito, sin rodeos ni medias verdades, los hechos (humildad) y pidan perdón. Creo que vienen obligados a reconciliarse con sus sacerdotes y sus comunidades de creyentes en Jesús, que se han visto sorprendidos por el comportamiento, tan poco evangélico, de sus pastores. ¿Acaso, es mucho pedir?
En definitiva, celebro la verdadera ejemplaridad de unos cuantos sacerdotes. Tendrán su recompensa. Gracias por su testimonio. Se han acercado a quien sufre sin quejarse de la discriminación de que han sido objeto por la Administración autonómica. Aunque están en contacto diario -ustedes, sí- con contagiados y, por tanto, son inmediatamente vulnerables, no han puesto obstáculo alguno ni se han colado para vacunarse. Gracias, por su testimonio evangélico.
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