(Bruno Forte).- Jesús Martínez Gordo presenta, en el libro Estuve divorciado y me acogisteis, que acaba de publicar la editorial PPC, el camino que ha recorrido la Iglesia católica, por voluntad del Papa Francisco, en la preparación y celebración del Sínodo extraordinario de los obispos de 2014 y en el ordinario de 2015, dedicados al tema de la familia en la comunidad eclesial y en el mundo.
El fruto del trabajo es leído a la luz del Concilio Vaticano II y de las intervenciones de los últimos papas sobre el tema, teniendo en cuenta el amplio debate que ha surgido al respecto entre los teólogos católicos en los últimos decenios. Es de resaltar la atención prestada a la metodología colegial, querida por el obispo de Roma, y al resultado con el que el Sínodo ha concluido, orientado al discernimiento que ha de realizarse caso por caso, más que a soluciones ya definidas que aplicar. (...)
Como bien resalta Martínez Gordo, el Sínodo ha indicado para estos casos un camino pastoral que prevé cuatro etapas inseparables: la acogida de todos en la vida de la comunidad, sin que nadie sea excluido; el acompañamiento de cada uno, sin que nadie se sienta abandonado; el discernimiento de las situaciones, caso por caso, y la integración en la vida del conjunto, según el carisma y las posibilidades propias y originales de cada uno. (...)
De manera particular, la Exhortación apostólica pos-sinodal Amoris laetitia ha indicado el discernimiento como estilo propio y ordinario de una fe responsable, que no busca soluciones fáciles a los problemas, sino que se esfuerza por abrirse a las exigencias de la verdad y del amor con total confianza en Dios y en su providencia misericordiosa y fiel. De esta madurez del cristiano, a la que tender y en la que educar con el compromiso coral de toda la Iglesia, el promotor primero ha sido el Papa Francisco, que ha inaugurado así un estilo magisterial inédito en muchos aspectos.
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