Lluís Duch es “una de las voces más singulares del pensamiento hispánico contemporáneo" 'Conceptos fundamentales de antropología y religión', la importancia de la lectura de este libro

Tan solo con la intención de destacar ya desde estas líneas primeras la importancia de la lectura de este libro de 175 páginas, aclaro que “concepto” equivale a “ideas, juicio o representación mental de algo, además de título o calidad”, así como “fundamento”, quiere decir “básico, principal sobre lo que se afianza o apoya algo”.

El título completo del nuevo libro, de “Fragmenta Editorial”, es el de 'Conceptos fundamentales de antropología y religión', (edición de Ignasi Moreta), y cuyo autor es Lluís Duch, “una de las voces más singulares del pensamiento hispánico contemporánea, doctor en antropología y teología por la Universidad de Tubinga, quien en el año 1963 profesó como monje de Monserrat, autor de una prolífica obra con títulos como “Religión y comunicación”, “El exilio de Dios” y su póstumo “Salida del laberinto”.

El libro que presento reúne 34 artículos de enciclopedia, redactados por él para la “Gran Enciclopedia Catalana”, sin que sea preciso subrayar que “todo artículo de enciclopedia tiene, obviamente, una finalidad eminentemente divulgativa, si bien en los de Duch, en todos sus textos, es perceptible su propio estilo de investigador de primer orden que ha aceptado ofrecer resúmenes de primera mano, de conceptos que estudió con la máxima profundidad y ambición”

Por la temática, tratamiento y actualidad, cito temas, tales como los referidos a la culpa, culto, Dios, escatología, fuego, hermenéutica, ídolo, Jesús, magia, mesianismo, milagros, mito, muerte, protestantismo, profano, politeísmo, purgatorio, religión, rito, sagrado, sacrificio, totemismo, utopía…

No rechazo la tentación de transcribir cuanto sobre el Infierno relata en la página 71:

“La 'región de los muertos' se encuentra en contraposición al cielo. Todas las religiones poseen una descripción propia de la geografía funeraria, lo cual dificulta la posibilidad de atribuirle una característica unitaria. El camino del infierno se extiende, en la mitología germánica, a través de valles tenebrosos y del río de la muerte: el regreso es prácticamente imposible. El budismo conoce un total de 136 infiernos, que pueden ser fríos o calientes, en función del tipo de castigo, y en ellos jamás amanece. Otra representación del infierno está relacionada con la creencia de un juicio final (parsismo, judaísmo, cristianismo e islam). En algunas religiones las penas del infierno tienen una duración limitada, ya que el alma, después de cierto tiempo, se purifica y puede regresar al lugar de los vivos. Los pueblos del antiguo Oriente creían que el infierno se situaba en el oeste y que era un lugar de suplicios. La noción cristiana del infierno se distingue de las concepciones arcaicas y orientales, por la insistencia en el destino único de cada persona, quien vive una existencia histórica y posibilitada por Cristo, de lograr una nueva vida en Dios, de la cual ninguno está obligado a participar en contra de su voluntad.”