"María y la búsqueda de la verdad", en Ciudad Nueva María, 'flor de humanidad'
(Antonio Aradillas).- Todos y cada uno de los días del calendario litúrgico -"Año Santo"-, podrían revestir sus cuadrículas en azul-celeste, por estar dedicados a la conmemoración de algún misterio o advocación de la Santísima Virgen María.
Es mucha la piedad que se centra y concentra en la Madre de Dios, muchas y muchos sus devotos y devotas y larga y generosa la letanía de milagros, "milagrerías", intercesiones, y consolaciones que reparten sus manos, tanto en esta vida como en la otra.
Pero de manera especial en España y en los tiempos estivales en los que nos encontramos, la Virgen recorre pueblos y ciudades, con su geografía, historias y leyendas, dedicándole a cualquiera de sus advocaciones nada menos que el obsequio de sus fiestas patronales.
Pero que nadie crea que, solo o fundamentalmente se trata de "fiestas oficiales" de ocio, gastronómicas o deportivas. Se trata también y, sobre todo, de actos de culto, religiosos y litúrgicos. Procesiones, novenarios, triduos, misas solemnes "presididas por las autoridades civiles, militares y eclesiásticas de la localidad", romerías... actualizan el recuerdo, peticiones y acciones de gracia a sus respectivas patronas, con evangelización, devoción y piedad y multitud de actos, unos originales y otros, típicos, o no tanto.
Y es en este contexto en el que destaco la aparición del nuevo libro de la editorial "Ciudad Nueva-CN", con el título de "María y la búsqueda de la verdad". La razón principal es la de que, como son tantos los predicadores oficiales que imparten la doctrina mariana durante esos días, en frecuentes ocasiones se limitan a decir lo mismo, o casi lo mismo, necesitando leer, releer, y meditar sobre los temas relacionados con la Virgen María, con criterios renovados, actualizados, y como otras tantas respuestas a los verdaderos problemas del mundo en la actualidad.
Aurelio Ramírez, el editor de este libro, termina su prólogo -presentación, de esta manera: "En este espíritu quisiera concluir con un vaticinio del casi profético Jean Guitton: "Estoy convencido de que es la hora de María y de que el Espíritu Santo sopla con fuerza en esta dirección. Los cristianos del siglo XXI entenderán a María en el seno de la Trinidad, y el siglo XXI será el siglo de María".
Sí, nada más y nada menos que "el siglo de María", con capítulos tales como los siguientes: " La maternidad de María", "La "pobre" llena de gracia", " María, la creyente", " El aspecto mariano de la Iglesia", "María, testigo de Dios, ayer y hoy", "El Dios de María es aquél que la atrae hacia sí para entregarse a ella", "El misterio de la Trinidad y María en la renovación teológica del post- concilio", "La nostalgia del Paraíso", "La luz del carisma de la unidad", "Mirar todas las flores", "Esmerado cultivo de la flor del intelecto", "María, flor de la humanidad"...
No faltan alusiones a san Francisco de Asís, quien, a cuenta del "por qué de la rosa", respondía siempre solícitamente: "para que Dios sea alabado y exaltado".
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